Ambos países firmaron un acuerdo para analizar alternativas de rutas para que el hidrocarburo llegue a las industrias brasileñas
En una excelente noticia para el sector energético, la Argentina y Brasil finalmente firmaron un acuerdo para acelerar la provisión de gas de Vaca Muerta a las industrias brasileñas. Pese a la tensa relación que caracteriza a los gobiernos de ambos países, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el de Energía de Brasil, Alexandre Silveira, firmaron hoy el acuerdo en el contexto de la Cumbre del G20, que se lleva a cabo en Río de Janeiro.
La noticia fue anunciada por Silveira a través de la red social X, quien dijo que habrá “gas más barato para Brasil”. Acompañado de una foto con ambos funcionarios, el ministro de Energía brasileño dijo: “Firmé con el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, el memorando de entendimiento para llevar gas de Vaca Muerta a Brasil. La previsión es que las importaciones brasileñas de gas natural de nuestros vecinos se realicen a través de cinco rutas”.
“Queremos aumentar la oferta de gas en Brasil y en consecuencia reducir el precio. Necesitamos tratar el gas como una energía de transición, aumentar el volumen para reducir el precio y reindustrializar Brasil, generando más oportunidades para nuestro pueblo”, agregó Silveira.
El Ministerio de Economía luego comunicó: “Se firmó un memorándum de entendimiento con el objetivo de discutir la infraestructura necesaria para la exportación de gas argentino desde Vaca Muerta a Brasil. Los representantes designados por ambos países analizarán las alternativas para llegar a una exportación de 30 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) de gas natural en cinco años”.
Para ambos países, el acuerdo es beneficioso. Actualmente, Brasil se abastece de gas de Bolivia, pero el país gobernado por Luis Arce está experimentando una declinación acelerada de sus pozos gasíferos. La Argentina, por su parte, produce excedentes de gas que no tiene dónde colocar. No es un problema de falta de oferta, sino de demanda, a diferencia de lo que ocurrió en la última década. Para ello, el país debe salir al mundo a buscar compradores. Debido a la cercanía y al interés manifestado, Brasil es el candidato ideal para incorporar nuevos socios comerciales.
El gobierno de Lula da Silva, a su vez, está preocupado, ya que, si bien el 70% de su matriz energética proviene de sus centrales hidroeléctricas, la generación está sujeta a la incertidumbre climática. Este año atraviesa la sequía más grave de los últimos 74 años, lo que redujo el nivel de sus represas hidroeléctricas al 49%, el más bajo desde 1930.
Las ventas de gas a Brasil podrían cambiar la ecuación de la balanza comercial entre ambos países, de deficitaria para Argentina en la actualidad a superavitaria. Con una producción actual de 150 millones de m3/d, el país podría estar exportando en los próximos años el 8% de su producción a Brasil.
En una primera etapa, la Argentina podría comenzar a exportar 3 millones de m3/d, para luego ampliar esa capacidad a 10 o 15 millones. El precio máximo al que se podría concretar la operación sería de US$10 el millón de BTU (medida inglesa utilizada en el sector). Para ello, el valor en boca de pozo no debería superar los US$3,5 el millón de BTU.
Actualmente, debido a una resolución de la Secretaría de Energía, la Argentina tiene un precio mínimo de exportación de US$5,3 el millón de BTU, establecido durante la administración de Alberto Fernández.
De las cinco rutas mencionadas por el ministro de Energía brasileño, la más avanzada es la de exportar gas a través de Bolivia, utilizando la infraestructura ya existente que permitió, durante décadas, que la Argentina importara gas. El país ya avanzó en revertir el flujo del gasoducto que conecta el centro del país con Bolivia para abastecer a las provincias del norte con el gas de Vaca Muerta.
Para exportar, sin embargo, es necesario que la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) instale un medidor bidireccional que habilite la operación. Asimismo, Brasil y la Argentina deberán negociar con Bolivia costos de “peaje” menores que los que actualmente exige el gobierno de Arce –entre US$1,4 y US$2 por millón de BTU–. En la industria creen que el pago a Bolivia debería ser inferior a US$1 por millón de BTU.
El gasoducto que une las ciudades brasileñas de Corumbá (municipio fronterizo con Bolivia) con San Pablo, Porto Alegre y Curitiba –el centro poblacional con mayor consumo de gas– tiene una capacidad de transporte de 30 millones de m3/d, de los cuales actualmente está ocioso el 60% (solo se transportan 12 millones de m3/d).
Otra alternativa para conectar la producción de Vaca Muerta con los centros de consumo brasileños, sin pasar por Bolivia, es vender el gas en forma líquida (GNL) a través de barcos. Esta alternativa podría materializarse a partir de 2027, cuando llegue a la Argentina el buque de licuefacción que alquilará Pan American Energy (PAE) junto con otras productoras a la naviera noruega Golar.
Una tercera alternativa de exportación a Brasil que está sobre la mesa es utilizar el gasoducto existente de Uruguaiana, que tiene una capacidad de transporte de 2,8 millones de m3/d, y que podría extenderse hasta Porto Alegre, donde se conectaría con el tramo final del gasoducto Brasil-Bolivia.
La cuarta alternativa es ampliar el trazado del gasoducto Cruz del Sur, que se extiende desde Ensenada (Buenos Aires) hasta Montevideo, pasando por Colonia, en Uruguay. Es propiedad de Shell, PAE, Ancap y Wintershall, y puede transportar 6 millones de m3/d.
Una quinta opción es construir un gasoducto a través de Paraguay, una propuesta que acercó el gobierno de Santiago Peña. Habría que hacer un trazado de 1050 km: 110 km en territorio argentino, 530 km en Paraguay y 410 km en Brasil, y tendría una capacidad de transporte de 32 millones de m3/día.