El diputado entrerriano Guillermo Michel cuestionó la visión centralizada del Gobierno. Señaló que la intención de cargar al pequeño contribuyente con un régimen complejo ignora la realidad productiva del interior y solo generará un regreso masivo a la informalidad.
La inviabilidad de un ajuste
El monotributo, régimen que formaliza a casi 4,7 millones de trabajadores en Argentina, se ha convertido en el foco de una fuerte disputa en la arena tributaria. El diputado por Entre Ríos, Guillermo Michel, criticó duramente la intención de modificar o eliminar el esquema, calificando la movida como un “ajuste inútil” debido a su nulo impacto fiscal.
Michel exhibió la evidencia numérica: el monotributo aporta apenas el 1,4% del total de la recaudación. Intentar trasladar a esta masa de pequeños contribuyentes –el 85% de los cuales está en las categorías más bajas– a la complejidad del régimen general (IVA y Ganancias) sería una medida de alto costo social y nulo beneficio económico, impulsada por un profundo “desconocimiento del funcionamiento económico del país”.
El Error del “Escritorio Porteño”
La fragilidad del objetivo fiscal
El argumento central de Michel desarma cualquier justificación económica para la reforma. El legislador señala que el bajo aporte fiscal del régimen hace que cualquier esfuerzo por exprimir más ingresos sea ineficiente y desproporcionado. La medida es, a su juicio, ideológica, pues la escasa rentabilidad del monotributo no justifica la complicación burocrática exigida a un “pequeño contratista”.
La denuncia de la Argentina Federal
Michel denunció que la iniciativa nace de una visión centralizada que ignora la heterogeneidad del país. Afirma que, en las provincias, el monotributo es una “herramienta muy utilizada que le simplifica la vida” a millones de emprendedores. Es el único mecanismo viable para que se formalicen sin acceder a las facilidades disponibles en la Capital. El diputado sentenció que la medida demuestra que el Gobierno “desconoce cómo vive la mayoría” de los contribuyentes fuera del eje metropolitano.
El riesgo de la informalidad masiva
La consecuencia inmediata de la reforma sería un retroceso histórico. Michel recordó que muchos monotributistas ya optan por “dejar de facturar o cobran en negro” al acercarse al tope de su categoría, buscando evitar el salto a un régimen más gravoso. Forzar esa transición aceleraría la informalidad. Ante esta amenaza, su bloque presentó el proyecto “simple”, un “puente” diseñado para que las PyMEs puedan acceder a un esquema simplificado sin anular la formalización.




