El cordobés fue elegido como presidente de bloque con apoyo de sus pares y Alberto Fernández, a quien ayudará a acercar intendentes de su provincia. El formoseño y Guastavino seguirán como vice y se suma a la conducción la entrerriana Kunath.
El cordobés Carlos Caserio se convirtió en el nuevo jefe del bloque del PJ en reemplazo de Miguel Pichetto, tras imponerse al formoseño José Mayans en una reunión realizada en la oficina que durante 17 años ocupara el ahora compañero de fórmula de Mauricio Macri.
Mayans seguirá de vice junto a Pedro Guastavino y se agregará a la conducción la también entrerriana Sigrid Kunath, en representación de las mujeres, que exigían representación. Caserio, que se integró al bloque PJ en 2017 como segundo de Pichetto, ascendió rápido y ocupará su lugar al menos hasta fin de año.
“Quiero tener una conducción horizontal, para darle la oportunidad de poder expresarse a todos mis compañeros”, se presentó ante la prensa el cordobés, que llegaba con más chances por su aceitada relación con sus compañeros, un diálogo fluido con el candidato presidencial Alberto Fernández y haber puesto paños fríos a un intento de Cristina Kirchner para unificar las bancadas.
Fue un pedido inicial del ex jefe de Gabinete y de Mayans en la primera reunión posterior a la partida de Pichetto, pero la mayoría de sus compañeros prefieren cruzarse a Cristina sólo en los pasillos y en el recinto, aunque respalden la fórmula que integra junto a Fernández.
Experimentado, Caserio logró contenerlos pero, en la reunión, confirmó que trabajará junto a los intendentes peronistas de Córdoba para que los Fernández lleguen a la Rosada, en claro desafío a su gobernador Juan Schiaretti que ayer recibió a Pichetto y no disimula su simpatía con Mauricio Macri.
Su ecuanimidad permitió mantener en el bloque a Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador de Salta y candidato a vice de Roberto Lavagna; que cuenta con apoyo de otros dos senadores que no fueron pero avisaron que permanecerían en el PJ: el catamarqueño Dalmacio Mera y el chaqueño Eduardo Aguilar.
“Más allá de lo que cada uno de nosotros pueda expresar personalmente, en función de la época electoral, vamos a aceptar la diversidad. Sabemos que el grueso de los compañeros que están acá seguramente va a apoyar la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández, y habrá otros compañeros que apoyarán la fórmula Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey”, aclaró Caserio ante los micrófonos y dijo que mantendrán el “diálogo de siempre” con el bloque de Cristina.
El otro ausente fue Carlos Espínola, que decidió partir junto a Pichetto como Carlos Menem, en los papeles miembro del bloque PJ, aunque nunca fue a una reunión. El resto dijo presente: llegaron el santafesino Omar Perotti, la formoseña María Teresa González, los fueguinos José Ojeda y Julio Catalán Magni, los sanjuaninos Sergio Uñac y Cristina López Valverde y la catamarqueña Inés Blas.
También los chubutenses Alfredo Luenzo y Mario País y los pampeanos Norma Durango y Daniel Lovera, que en los hechos figuran como aliados del PJ en un interbloque Argentina Federal. Junto a Urtubey y el el cuarteto conductor hubo 17 senadores en la reunión, a los que se sumarían Beatriz Mirkin y José Alperovch y la puntana María Eugenia Catalfamo.
Perotti, flamante gobernador de Santa Fe, fue felicitado por sus pares de a ratos ofició de coordinador de la reunión (es el vice del Senado en funciones), y, por las dudas, antes de ingresar debió aclararle a varios compañeros que no estaba dispuesto a asumir como jefe porque prefería dedicar los próximos meses a armar su Gabinete. No tardó en expresar su preferencia por Caserio.
El cordobés llegó decidido a pedir la votación si la discusión se ponía áspera, pero no hizo falta: prevaleció la idea de mantener la “insitutcionalidad”, o sea, realizar un corrimiento hacia arriba de las autoridades ya elegidas en febrero.
Kunath propuso una conducción colegiada entre los tres vices, pero Luenzo la descartó. “Puede funcionar hacia adentro, pero hacia afuera necesitamos un jefe”, consideró y tuvo la rápida aceptación de su coterráneo País.
Mayans confesó su intención de tomar el mando y Guastavino sorprendió al sumarse como un tercero en discordia, por si la discusión subía de tono. Su aparición no hizo más que sumar apoyos al cordobés, consagrarlo rápidamente y programar una cena para festejar en el restaurante Perón-Perón.
Quedó para la próxima reunión la formalización del pedido a Pichetto para que se aparte de las comisiones que integra. “Se fue sin siquiera avisar y por lo tanto no corresponde que las tenga”, ratificó Caserio al salir de la reunión. Será una de sus primeras medidas.