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noviembre, 22

Con sesiones remotas y en pandemia, el Congreso cerró uno de los años de mayor actividad

Desde el 1ro. de marzo se realizaron 42 sesiones y 320 reuniones de comisión. El dato negativo fue la escasa cantidad de sesiones de tablas: en Diputados no hubo ninguna y en el Senado, solo cuatro. Se sancionaron 66 leyes y, de los proyectos enviados por el Ejecutivo, casi el 67% fueron aprobados. El informe de la Fundación Directorio Legislativo.

Contra todo pronóstico, el período legislativo que inició el 1ro. de marzo y finalizará en febrero con las sesiones extraordinarias se encamina a convertirse en uno de los más productivos en materia de cantidad de sesiones: un total de 42 entre ambas Cámaras -27 en el Senado y 15 en Diputados-, la mayoría bajo el sistema virtual, que marcó un antes y un después en la tarea parlamentaria.

Si bien la marca del año 2020 solo fue superada en 2014, el año legislativo no terminó: se espera que en el transcurso de enero y febrero el Congreso tenga al menos dos sesiones más, y de esta forma el año saliente será el de mayor cantidad de sesiones desde 2012, según un detallado informe de la Fundación Directorio Legislativo.

El factor determinante para semejante nivel de actividad fue, sin dudas, la incorporación de tecnología al proceso legislativo, primero con las reuniones informativas de comisiones a través de videoconferencias, y luego con la elaboración de protocolos en ambas Cámaras, discutidos largamente entre marzo y mayo, para habilitar la firma de dictámenes y la realización de sesiones virtuales.

Bajo este nuevo formato, los legisladores tuvieron un año con 66 leyes aprobadas. Entre el 10 de diciembre de 2019 y el 31 de diciembre último, el presidente Alberto Fernández envió al Congreso 33 proyectos, de los cuales 22 fueron convertidos en ley, es decir, casi un 67% del total.

Esto fue posible, sobre todo, gracias a la mayoría propia de la que goza el Frente de Todos en el Senado, presidido por Cristina Kirchner. Por el contrario, en la Cámara de Diputados el oficialismo no cuenta con superioridad numérica y se vio obligado a negociar cada ley con bloques minoritarios de la oposición, ya que Juntos por el Cambio prestó su apoyo solo en temas puntuales.

De esta forma, el apoyo con el que contó el gobierno actual fue mayor al que obtuvo Cristina durante el primer año de su segundo mandato (con la aprobación de casi un 43% de los proyectos enviados por el Gobierno) y también al que logró el expresidente Mauricio Macri tras asumir (logró el aval de un 50% de sus iniciativas durante el 2016).

De las 66 leyes aprobadas, casi un 60% fueron emanadas del Poder Legislativo y un 40%, del Ejecutivo. Entre las iniciativas impulsadas por legisladores, la oposición pudo colar temas de su interés y un porcentaje no menor de las normas sancionadas (23%) surgió de proyectos redactados en conjunto por representantes de distintos bloques.

La cantidad de leyes sancionadas el año pasado no sobrepasó la media de 97 registrada desde 2012, pero fue mayor a la cifra de 2019, con 45 leyes. Además, se igualó la marca de 2018: si bien ambos fueron años no electorales, esta vez intervino el factor de la pandemia, algo que pone en valor el resultado obtenido.

Entre las principales leyes sancionadas en 2020 se encuentran las dos sobre la sostenibilidad de la deuda externa; el Presupuesto 2021; la legalización del aborto; el aporte solidario de las grandes fortunas; la nueva fórmula de movilidad jubilatoria; la moratoria ampliada; la regulación del teletrabajo; y la protección de los activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).

¿Cómo fue la cosecha de sesiones en Diputados? El dato saliente es que no hubo ninguna sesión de tablas: de las 15 realizadas, 14 fueron especiales y hubo una sola informativa con la presencia del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que si bien no asistió una vez por mes a cada Cámara, sí cumplió con el deber de enviar los informes mensuales por escrito.

En Diputados también hubo dos sesiones en minoría -no contabilizadas en el informe- convocadas por Juntos por el Cambio: en la primera, el 28 de mayo, el interbloque presidido por Mario Negri intentó avanzar con la derogación del DNU que le otorgó facultades extraordinarias al jefe de Gabinete; y la segunda, el 11 de noviembre, fue citada con un amplio temario, que incluyó desde la declaración de la emergencia educativa hasta un protocolo nacional de circulación y un rechazo al cierre del aeropuerto de El Palomar.

Asimismo, el 9 de diciembre se llevó a cabo la sesión preparatoria donde Sergio Massa fue revalidado como presidente, y se avaló al resto de los vicepresidentes: Omar De Marchi (Pro), José Luis Gioja (Frente de Todos) y Alfredo Cornejo (UCR), en ese orden.

En el Senado, en tanto, fueron nada menos que 27 sesiones -aproximadamente una sesión cada 15 días-, con tan solo cuatro ordinarias, 21 especiales y dos informativas a cargo de Cafiero. Con 40 legisladores propios y dos aliados, el bloque comandado por José Mayans no tuvo inconvenientes en aprobar hasta los proyectos más polémicos, algunos de los cuales se encuentran trabados en Diputados, como la reforma judicial y la nueva Ley del Ministerio Público.

El trabajo en la Cámara dirigida por Cristina fue tan arrasador que superó ampliamente el promedio de 19 sesiones anuales, y se hizo evidente el contraste con el nivel de actividad en 2019, bajo la presidencia de Gabriela Michetti, cuando se realizaron solo 11 sesiones -una de las marcas más bajas de los últimos años-, con la salvedad de que ese fue un año electoral.

Otro indicador favorable del año saliente fue la cantidad de reuniones de comisión, nada menos que 320 (172 en Diputados y 148 en el Senado). Entre ambas Cámaras se firmaron en total 174 dictámenes sobre proyectos de ley, en el período comprendido entre el 1ro. de marzo y el 3 de enero, cuando finalizó la prórroga de ordinarias.

Entre las comisiones que más se reunieron en la Cámara baja figuran las de Presupuesto y Hacienda (32 reuniones), Salud (26 reuniones) y Mujeres y Diversidad, que en su primer año de funcionamiento realizó 19 reuniones, en una muestra de cómo penetró la agenda de género, que tuvo su broche de oro con la sanción de la ley de aborto.

En el Senado, la Comisión de Presupuesto y Hacienda también fue la más productiva, con 29 reuniones, seguida por Trabajo y Previsión Social (26) y Justicia y Asuntos Penales (23). Fue notable, a su vez, la diferencia en la actividad de la Comisión de Asuntos Constitucionales comparada entre ambas Cámaras: en el Senado se reunió 18 veces, y en Diputados apenas dos.

Por otra parte, con sus tres presentaciones ante el Congreso, Cafiero igualó la marca de Juan Manuel Abal Medina en su breve gestión como jefe de Gabinete (2012-2013). El récord lo tiene Marcos Peña, con 20 informes presenciales en sus cuatro años en el cargo, y la contracara es Aníbal Fernández, que ejerció la función en 2015 y no concurrió nunca al Parlamento.

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