Con casi un año de demora, se llevó a cabo el primer encuentro del grupo; no hablaron de proyectos en particular sino de “dinámicas de trabajo”, informaron; no participó el kirchnerismo
El primero en llegar, cerca de las 8.30, fue el jefe de gabinete y anfitrión, Guillermo Francos. El último, atascado por el tránsito y con rastros de sueño, el diputado macrista Cristian Ritondo.
Con la presencia de todos sus integrantes, y con casi un año de demora, el Consejo de Mayo tuvo hoy su primera reunión, en la Casa Rosada. Y más allá de los anuncios altisonantes del Gobierno, se trató de un primer encuentro -dijeron fuentes que participaron- en el que se fijaron las bases del trabajo futuro, la agenda de temas y las fechas para las próximas reuniones, destinadas a plasmar en proyectos de ley los diez puntos del Pacto de Mayo, firmado por el presidente Javier Milei y 19 gobernadores, aquella gélida noche del 9 de julio, en la Casa Histórica de la Independencia, en Tucumán.
Además de Francos y Ritondo, se sentaron alrededor de la mesa en el salón de los Escudos el titular de la UIA, Martín Rappallini; el gremialista y representante de la CGT, Gerardo Martínez; el gobernador radical de Mendoza, Alfredo Cornejo, y la senadora del mismo partido Carolina Losada. Por el oficialismo, acompañó a Francos -presidente del Consejo- el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. También participó la joven María Cecilia Domínguez Diacoluca, egresada de la Universidad Di Tella y miembro del staff de Sturzenegger, como secretaria técnica del Consejo.
“Acordamos la dinámica de trabajo, que va a ser muchísimo. En diciembre tendremos el resultado final”, afirmó Losada al término de la reunión, que duró poco más de una hora. Losada tuvo un breve encuentro con la prensa acreditada antes de dejar la Casa Rosada.
Durante el cónclave, que comenzó con las palabras de bienvenidas de Francos, se acordó llevar adelante reuniones mensuales, “más allá de lo que se trabaje en otros ámbitos”, según afirmó la senadora radical. A pocos pasos, Martínez negó que la reforma laboral, que divide aguas entre sindicalistas y empresarios, hubiese sido parte de la conversación. “No se habló de ningún tema en particular”, se atajó el titular del gremio de la Construcción, y afirmó, en referencia al momento en que se debata: “La CGT va a traer su propuesta y tendremos la posibilidad de ser escuchados”. Consultado sobre la reforma, y con el mismo tono moderado, Rappalini propuso “sentarnos a conversar con la CGT” cuando llegue el momento de abordar ese punto.
Más allá de las apelaciones al “consenso” y “dejar de lado las especulaciones”, desde el Gobierno valoraron de modo “positivo” la reunión, que en lo político representa un guiño a Pro y la UCR en plena conversación con actores de ambos partidos para alcanzar un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires. Ritondo, por caso, es uno de los negociadores macristas en las conversaciones con el armador provincial de La Libertad Avanza, Sebastián Pareja. La presencia de la CGT y la UIA también es una señal de acercamiento a interlocutores dialoguistas, en tiempos de reclamos crecientes de distintos sectores, en rechazo a las políticas de ajuste. Durante la reunión, contaron fuentes con conocimiento a lo conversado, Francos también hizo alusión al fuerte reclamo de más fondos de ATN y del Impuesto a los Combustibles que los gobernadores escenificaron ayer en el CFI, apelando al “diálogo” para alcanzar algún tipo de acuerdo. Reiteró, sin embargo, la premisa de sostener el equilibrio fiscal.
Todos los protagonistas de la reunión fueron designados, por decreto, el 5 de este mes “ante la falta de propuestas, y con el fin de no dilatar más las tareas encomendadas”, según reza en el texto publicado en el Boletín Oficial.
El acta de Mayo, que 18 gobernadores firmaron hace casi un año en Tucumán (luego se sumaría el santacruceño Claudio Vidal), expresa la “voluntad unánime de los presentes de romper con las antinomias del pasado”, a través de diez ambiciosas cláusulas como la inviolabilidad de la propiedad privada, el equilibrio fiscal “innegociable”, la reducción del gasto público, garantizar la educación inicial y la alfabetización plena. También son objetivos de esta iniciativa rediscutir la coparticipación, avanzar en la explotación de los recursos naturales, diseñar una reforma laboral “moderna” y previsional “sostenible”, y abrirse al comercio internacional para que la Argentina “vuelva a ser protagonista del mercado global”.
Sin participación del kirchnerismo -ninguno de sus cinco gobernadores firmó el pacto- el Consejo de Mayo tendrá una dura tarea, ya que el Congreso se encuentra prácticamente paralizado en pleno año electoral. Tampoco existe, reconocen en el Consejo, una mayoría parlamentaria que, hoy por hoy, pueda impulsar esos eventuales proyectos de consenso en el Congreso.
“La idea es que esto se transforme en políticas públicas. Si todos estamos de acuerdo, las elecciones no deberían paralizar el parlamento”, dijo la senadora Losada minutos antes del inicio de la reunión.
