La Cámara de Diputados fue testigo de una metamorfosis política terminal: los bloques que solían garantizar la gobernabilidad de La Libertad Avanza decidieron marcar un límite ético y reglamentario. Bajo la consigna de que el equilibrio fiscal no justifica la inequidad extrema, sectores del PRO y la UCR pasaron de ser aliados estratégicos a convertirse en los verdugos del capítulo más sensible del plan económico oficial.
La aprobación en general del Presupuesto 2026, lograda con 132 votos, fue apenas un espejismo de unidad. El verdadero escenario se montó durante la madrugada, cuando la “nueva oposición” —integrada por radicales, cívicos y sectores del PRO— decidió que no acompañaría el ajuste “a libro cerrado”. El quiebre se produjo al revelarse la intención del Gobierno de derogar, mediante un artículo oculto, las leyes de financiamiento universitario y de emergencia en discapacidad.
La furia de estos antiguos aliados estalló al descubrir que el oficialismo intentaba “blindar” estos recortes mezclándolos en un mismo capítulo con fondos para la coparticipación porteña y partidas judiciales. Este “plan canje” fue la gota que colmó el vaso para legisladores que, hasta ayer, eran el sostén parlamentario del Ejecutivo.
El eje de la fractura: Inequidad y “Casta”
El debate dejó de ser técnico para volverse visceral. Nicolás Massot (Encuentro Federal) desnudó la contradicción central del relato oficial al preguntar: “¿Dónde está la igualdad si hay dinero para bajar Bienes Personales pero no para la salud pediátrica?”. Massot cuestionó que el Gobierno priorice la baja de impuestos a la riqueza y la electrónica importada mientras desfinancia áreas sociales básicas, calificando la propuesta de “inequidad absoluta”.
Por su parte, el radical Pablo Juliano (Provincias Unidas) protagonizó el cruce más violento de la noche al dirigirse a Bertie Benegas Lynch: “Campeón de la vida, recontra cagarte en la gente no es el camino”. Juliano denunció que el oficialismo premió con Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por $66.000 millones a gobernadores como Jaldo y Jalil para conseguir sus votos, calificando la maniobra como la práctica de “la casta más rancia”.
Puntos Clave del Divorcio Legislativo:
- Fin del Acompañamiento Automático: Sectores del PRO y la UCR advirtieron que el presupuesto era “injusto, ilusorio y ficticio”, negándose a ser cómplices de lo que llamaron un “cachivache jurídico”.
- Rechazo al Chantaje: La nueva oposición identificó que el oficialismo puso “un condicionamiento al Poder Judicial” y a la Ciudad de Buenos Aires para forzar la aprobación del recorte a universidades, decidiendo voltear el capítulo entero.
- Defensa de la Institucionalidad: Legisladores como Maximiliano Ferraro denunciaron que el Gobierno buscaba derogar leyes permanentes a través de un presupuesto anual, violando la Ley de Administración Financiera.
- El Límite del “Bisturí”: Los antiguos aliados exigieron dejar de usar la “motosierra” sobre los más vulnerables mientras se mantienen beneficios fiscales para grandes inversiones y blanqueos de capitales.
- Consecuencia Política: Con el rechazo del Capítulo XI por 124 votos contra 115, el Gobierno perdió su capacidad de desmantelar por decreto el sistema de salud pediátrica y el financiamiento educativo.



