La devaluación del 22% post PASO, la aceleración de la inflación, una brecha cambiaría superior al 100%, y las restricciones a las importaciones para cuidar las escasas reservas, impactarán sobre la actividad económica del tercer trimestre del año, que caería entre 1% y 1,7%, según algunas proyecciones privadas, con lo cual la economía habrá ingresado formalmente en recesión.
Y es que el INDEC informó esta semana que el Producto Bruto Interno (PBI) cayó en el segundo trimestre del año 2,8% con respecto a los primeros tres meses, y tuvo una contracción de 4,9% interanual, con lo cual el primer semestre cerró con una retracción de 1,9%
Sebastián Menescaldi, director de Eco Go atribuyó la caída del segundo trimestre al impacto de la sequía a feroz sequía que golpeó al agro, que evidenció una retracción del 40% interanual. E indicó ” del 4,9% de caída interanual del PBI, la sequía explicó 4,5 puntos”
Tras la devaluación, el gobierno anunció una serie de medidas para recomponer el poder adquisitivo y fomentar el consumo. Sin embargo, los economistas aseguran que el plan Platita no logrará reactivar la economía en el último tramo del año.
Así, los analistas proyectan que la economía culminará en 2023 con una caída de entre 3% y 3,5%, y vislumbran que el próximo año tampoco habrá crecimiento, a contramano de lo que establece el proyecto de ley de Presupuesto 2024 que contempla un crecimiento de 2,5%.
Actividad económica: ¿entrará en recesión en el tercer trimestre?
Los analistas de Facimex Valores prevén para el lapso julio-setiembre “otra caída trimestral del PBI por la devaluación, la suba de tasas, la aceleración inflacionaria a la zona de doble dígito y las mayores restricciones a las importaciones”. En ese marco, enfatizaron que “esperamos que la economía ingrese formalmente en recesión”.
De igual diagnóstico, Lorenzo Sigaut Gravina, economista de la consultora Equilibra manifestó que “vemos un tercer trimestre en el que no va a ser tan dura la caída como en el segundo donde se concentró el impacto de la sequía pero la devaluación de mediados de agosto y la aceleración de la inflación hará que la actividad sea negativa en torno a 1% en forma desestacionalizada respecto al trimestre anterior”.
“Así, se van a acumular dos trimestres consecutivos de caída desestacionalizada que es una de las definiciones que se usa frecuentemente para hablar de recesión”, subrayó.
A su vez, Francisco Ritorto, de la consultora ACM, también prevé que la caída trimestral “será menor porque ya no impacta tanto el agro, estamos aún revisando la cifra del PBI, pero estimamos una retracción de entre 1,5 y 1,7% contra el segundo trimestre”. Y concordó que las principales causas serán “el salto devaluatorio, una aceleración de los precios, sumado a la incertidumbre electoral, y las mayores trabas a las importaciones que continuaron presionando a la actividad económica”.
Por su parte, Menescaldi planteó que “en el tercer trimestre el agro mostrará cierta recuperación pero estará el efecto contrapuesto de la devaluación, la falta de dólares, la brecha cambiaria, la aceleración de la inflación, la fuerte restricción a las importaciones, y todo el clima político”.
En ese marco, calcula que el PBI en el tercer trimestre sería de 0% o una leve baja en terminos desestacionalizados porque desaparece el efecto de la sequía, pero estimo una caída de 3,7% en la comparación interanual”.
Asimismo Alejandro Giacoia, economista de EconViews explicó que “la actividad seguirá cayendo en el tercer trimestre porque el golpe de inflación sobre el ingreso de los hogares tendrá consecuencias sobre el consumo”.
En ese sentido, esta semana se conoció que el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) mostró en agosto una contracción desestacionalizada de 1,8% frente a julio, y un retroceso de 0,9% en la comparación interanual.
¿El “plan platita” logrará reactivará la economía en el tramo final del año?
Un informe de la consultora EconViews resaltó que “el PBI hace 12 años que no crece y por más que el ministro de Economía, Sergio Massa, intente con su ‘plan platita’ vemos que no habrá ningún atisbo de reactivación en los próximos meses”.
Al respecto, Giacoia acotó que “las medidas del gobierno pueden ayudar en el margen pero no serán suficientes para revertir la situación” por lo cual “esperamos que la economía caiga este año 3,5%”.
De igual mirada, Menescaldi afirmó que “el plan Platita aumenta la demanda pero la oferta sigue siendo la misma que antes, o incluso va a ser menor porque voy a tener menor cantidad de bienes importados”. Y fundamentó que “si aumentas el ingreso disponible de la gente, incrementas la demanda, pero la oferta es rígida, lo único que vas a hacer es que suban los precios, pero no se va a reactivar la economía por estas medidas, porque no tiene capacidad de aumentar la oferta”,
Además, el economista aseguró que “las empresas se quieren defender con los stocks, con lo cual no los quieren liberar, y nadie quiere tener pesos, entonces lo que vas a tener es un aumento de precios”.
En ese contexto, estimó que la actividad económica en el último trimestre del año podría caer 3% en la medición desestacionalizada, y un descenso de 5% interanual, con lo cual 2023 cerrará con una retracción de 3% anual”. Y atribuyó ese deterioro al “efecto de las elecciones, y a que habrá una o dos devaluaciones más”.
Por su parte, Sigaut Gravina calculó que la economía tendrá una retracción “de poco más del 2% desestacionalizado en el cuatro trimestre con lo cual el PBI finalizará el año del orden de 3%”.
En sintonía, Ritorto evaluó que “las últimas medidas anunciadas pueden mejorar el consumo, pero la contracara es la presión inflacionaria de estos próximos meses”, y argumentó que “si bien se adelanta consumo, como siguen el resto de las variables es poco probable que puedan revertir la tendencia de este año, por lo que prevemos una caída anual de 3% de la economía”.
A su vez, la consultora LCG indicó que desde las PASO, el gobierno volcó “casi 1,2 puntos porcentuales del PBI en medidas que implican más ingresos para un número relevante de trabajadores, jubilados y beneficiarios sociales” y consideró que “esto podría dar algún estímulo al consumo, pero estará concentrado en los meses atados a las elecciones”.
“Y diciembre, cambio de Gobierno mediante, todavía es una incógnita, pero cualquier corrección de precios relativos, como la que anticipa el mercado, tendrá inicialmente un impacto negativo sobre la actividad. Así, entendemos que en lo que resta del año la caída del PBI irá agudizándose. Nuestra proyección es una caída en torno a 3,4%anual en 2023”, planteó.
Actividad económica: ¿qué escenario prevén para 2024?
El proyecto de ley de Presupuesto 2024 contempla un repunte de la actividad económica de e 2,5%. Sin embargo, los analistas pronostican que será otro año sin crecimiento.
Menescaldi juzgó que “2,5 % de crecimiento en 2024 es imposible, porque va a haber ajuste, va a depender de las medidas que tome el próximo gobierno, pero, en principio, vemos una caída de vuelta en 2% o 3 % a pesar de que el agro va aportar 1%”.
En la misma línea, Ritorto sostuvo que “el próximo año habrá un mayor dinamismo del agro y algunos sectores como el energético que aportaran positivamente a la economía, pero la inflación es poco probable que baje y todavía quedan muchas distorsiones macroeconómicas, sobre todo en los precios relativos”.
“Eso nos hace no poder plantear un escenario tan optimista. Hay que esperar a los primeros pasos de la próxima gestión, pero es altamente probable que la economía no crezca en 2024, aunque debería caer menos que este año”, opinó.
Sigaut Gravina coincidió que “para 2024 vemos que se va a recuperar la cosecha gruesa, podes recuperar 2 puntos del PBI pero por otro lado hay un arrastre estadístico muy negativo de 3%, la sensación es que el año que viene no va a haber crecimiento y que puede haber un poco de caída pese a que el agro va a ayudar con dólares”.
