domingo
marzo, 9

Después de un verano difícil, Milei enfrenta pruebas clave y se terminó el margen de error

El caso $LIBRA instaló el nerviosismo en la Casa Rosada; el Presidente prioriza ahora el acuerdo con el FMI; el impacto del caso Lijo y el diseño de la oferta electoral

A tono con los tiempos que corren –y en sintonía con las derechas del mundo– la gestión de Javier Milei siempre fue frenética. Antes del criptogate, era el propio Gobierno el que generaba los eventos, agitaba la conversación, alteraba los ánimos. No daba respiro. Pero hace tres semanas, cuando el Presidente presentó a $LIBRA en sociedad, algo cambió. En la Casa Rosada se percibió más nerviosismo. El oficialismo entró en una dinámica más reactiva que agresiva. Los funcionarios se abrazaron a teorías conspirativas y asomaron los errores no forzados. Por primera vez, Milei tuvo que poner la cara por quienes más deben cuidarlo: su hermana Karina y su asesor (y amigo) Santiago Caputo.

Por suerte para los libertarios, como el acelere es general, siempre hay nuevos sucesos que tapan a los anteriores y las metidas de pata pronto son superadas por acontecimientos novedosos. Después de un verano patas para arriba, Milei enfrenta ahora pruebas muy importantes para su administración. Está lo judicial, con una Corte Suprema que no se terminó de conformar y que puede generarle al Gobierno una tensión con un ala de la Justicia que se refleja en Ariel Lijo. Está lo electoral, con los comicios porteños a la vuelta de la esquina [el 18 de mayo], que pueden marcar a fuego al resto de las urnas hasta octubre. Y, por encima de todas las cosas, está el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el Gobierno necesita cerrar, a más tardar, en abril. Se terminó el margen de error.

En los últimos días, en el Gobierno circularon distintas alternativas para que el acuerdo con el Fondo no se empiojara en el Congreso. Se barajaron varios formatos de proyecto de ley, más o menos detallados. Se pensó en solicitar al Parlamento facultades extraordinarias para que el Poder Ejecutivo avance con el organismo por su cuenta. Y, en un momento de la semana, en la cúpula del Gobierno se llegó a hablar de un proyecto de ley escueto, de solo dos artículos. Finalmente, Milei y Luis Caputo, resolvieron ir por decreto de necesidad y urgencia (DNU), tal como anticipó LA NACION horas antes de que lo informara la Oficina del Presidente (OPRA). Milei y el ministro de Economía prefirieron el camino más seguro y expeditivo. La eventual indignación que pudiera despertar la medida les resbaló.

El comunicado oficial cuidó la elegancia y señaló que “se remitirá al Congreso un DNU para obtener apoyo en el acuerdo con el Fondo”. En rigor, el DNU estará vigente desde el mismísimo momento en el que se publique en el Boletín Oficial, algo que sería inminente. “Toto” Caputo fue más llano que la OPRA: “En el Congreso se iba a demorar mucho. Y no es un tema que se puede demorar, no podemos estar dando vueltas”.

En la Casa Rosada sabían que el poroteo en el Senado sería imposible. Especularon con que la oposición iba a preferir no comprometerse con un nuevo programa con Fondo y con desembolsos que serán “por mucho más de los 10.000 millones de dólares”, dijeron en Balcarce 50. “Hay mucho optimismo. Nada ni nadie lo va a trabar”, comentó el viernes un importante colaborador oficial. Por ahora, la oposición puso el grito en el cielo. El peligro que queda, en todo caso, es el de la judicialización.

Como le sucedió al inicio de la gestión, cuando Milei lanza un DNU pone un ojo en la Corte Suprema. Pero ahora hay otra Corte, con uno de sus cuatro miembros puesto por el Poder Ejecutivo. De todas formas, la Casa Rosada está muy lejos de tener el control sobre el máximo tribunal, un palacio donde se respira poder permanente apenas se ingresa. Los operadores judiciales del Presidente –Santiago Caputo y su lugarteniente, el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio– lo sintieron en carne propia el jueves cuando los supremos le denegaron a Ariel Lijo la licencia extraordinaria para que pudiera asumir en la Corte sin renunciar a su juzgado de primera instancia.

Esa mañana, pegados a sus teléfonos, se enteraron más tarde de lo que hubieran querido que, en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, Manuel García-Mansilla ya había estampado su firma para bajarle el pulgar a Lijo, designado en la Corte en el mismo decreto que él, días atrás.

Si se analiza en detalle, el tema de la licencia de Lijo le generaba al Gobierno una encerrona incómoda. Que el juez lograra ascender a la Corte sosteniendo su influencia en Comodoro Py implicaba una acumulación de poder que podía ser un arma de doble filo. Lijo no solo es titular del juzgado federal N° 4° y subroga el N° 12°, sino que es el exponente de un sistema en los tribunales, con un padrino como el juez de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y una madrina como María Servini, la titular del juzgado N° 1°, que salió sorteada en el bolillero para tramitar la causa $LIBRA. La Libertad Avanza siempre quiso estar bien con Servini porque ella tiene competencia electoral. No es casual que el apoderado del partido sea Santiago Viola, hijo de Claudia Balbín, íntima amiga de la jueza.

Por todo eso, y pese al desgaste, el Gobierno no retirará el pliego de Lijo del Senado. Si él prefiere no renunciar a Comodoro Py, puede seguir participando y buscar los votos en la Cámara alta para ascender a la Corte de manera estable y definitiva.

Frente electoral

El último frente que asoma para el Gobierno es el electoral. En la Ciudad, la elección de legisladores porteños será el 18 de mayo, pero el cierre de alianzas es el 19 de marzo y la presentación de las candidaturas, diez días después. Hay que definir ya. El acuerdo entre la Libertad Avanza y Pro es inviable, coinciden ambas terminales. Los libertarios están dando golpes bajos. El vínculo es de enemigos, no de aliados.

Mauricio Macri y Milei no dejaron de hablar. Cuando el Presidente estaba en Washington participando de la CPAC, feliz por la cercanía que obtuvo con Donald Trump, intercambió mensajes afectuosos con el exmandatario. Pero esos chats, lo saben ambos, no significan nada. Allegados a Macri lo escucharon decir en las últimas horas: “Se cumplió un año de la primera vez que fui a cenar a Olivos. Ese día Javier me dijo que iba a tratar de convencer a la hermana de hacer una reunión con Pro. Un año y nada”.

En la provincia, pese al esfuerzo que hacen dirigentes como el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y el diputado Diego Santilli, el acuerdo también está lejos. “Chances: tres de cien”, dijeron cerca de Macri. Con este diseño de la oferta electoral, en la Casa Rosada no descartan que el peronismo pueda salir primero, no solo en la provincia, sino también en la Ciudad. “Sí, claro que puede pasar”, reconoció un colaborador de Milei. El fantasma del PJ renaciendo en los comicios de medio término por ahora no asusta lo suficiente como para recomponer lazos con Pro.

Lo que sí comenzaron a decir en la Casa Rosada es que las elecciones desdobladas en la Ciudad, aunque solo definan la Legislatura porteña, tendrán un enorme impacto hacia adelante. Ya no quieren jugar solo con la marca “LLA”: el candidato importa.

Todo indica que Manuel Adorni, que el año pasado se probó el traje de candidato, se va a quedar en la Casa Rosada. Karina Milei se resiste a perderlo como vocero y cada vez le asigna más oficinas en la sede del gobierno. Tampoco quiere que él sea candidato testimonial. Quizás por eso, el portavoz ahora está concentrado en la resolución para cambiar la dinámica de los acreditados en Balcarce 50 y lanza “ideas nuevas” como un “Gran Hermano” para periodistas o un “botón muteador”, sin que eso escandalice demasiado a nadie.

La embestida contra la prensa también es parte de la agenda. El Gobierno está convencido de que solo juega “de local” -como dijo Milei- en las redes sociales. Por eso, los influencers libertarios ganan siempre terreno, aunque no integran todos la misma tribu. En los últimos días volvió a estar muy cerca del Presidente Iñaki Gutiérrez, que había sido clave en la campaña por el manejo del Tik Tok. Es uno de los pocos que tiene luz verde para ingresar a Olivos.

Volviendo a lo electoral, sin Adorni en el menú (y aunque algunos siguen insistiendo para que juegue), La Libertad Avanza ahora tiene que encontrar un candidato con potencial, que hable bien en los medios, que no cometa errores y que pueda pintarse de violeta. Hay quienes quieren tentar al abogado Mauricio D’Alessandro, del Partido Integrar, que ya pegó afiches en la Ciudad.

El diseño de la oferta electoral no depende solo de cómo se organice la derecha. Para el Gobierno, cuanto más atomizado esté el arco progresista, mejor. Quizás ahora que el radical Facundo Manes está entusiasmado por formar un espacio nuevo en la provincia, Milei y Santiago Caputo lo miren con más cariño que en la Asamblea Legislativa.

Como sea, la performance de Manes después del incidente con Caputo en el Congreso, fue de gran ayuda para el asesor presidencial. Esa noche, cuando el estratega perdió los estribos, Karina Milei quiso saber qué había pasado y pidió los videos de las cámaras de seguridad.

A ella no le gustó que el acontecimiento se llevara todos los reflectores, con todo lo que había trabajado para controlar la escena y que Milei fuera la única estrella de la noche. Cuando se vio que los “golpes” habían sido “palmaditas” y que Manes aprovechó el minuto de fama para recorrer los canales de televisión y hacer una denuncia penal, la secretaria General de la Presidencia volvió a cerrar filas. La hermana del Presidente está convencida de que la oposición y los medios quieren operar contra el Gobierno. Lo mencionó en un acto partidario: “Vienen por todos nosotros”. Ella, dijo, no lo va a permitir.

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