jueves, abril 25, 2024

Devaluación, la medida que pide el FMI

“Crawling peg” se ha convertido en un término clave para monitorear y entender cuál será la postura en materia cambiaria que tome el Gobierno antes de las próximas elecciones. Se puede encontrar un primer indicio en las medidas que se oficializaron el lunes pasado, cuando desde Economía plantearon que el BCRA aumentaría la intervención en el mercado de cambios, administrando el ritmo de estas mini devaluaciones diarias.

Sin embargo, esta iniciativa sin tantos detalles se muestra ambigua, porque cada quien puede hasta la fecha interpretar si se estaba anunciando una devaluación más rápida -tal como lo exige el FMI- o de un retorno al ancla cambiaria.

El ministro de Economía, Sergio Massa, además emprendió una serie de modificaciones como la reducción de la tasa de financiamiento en 9 puntos porcentuales en 12 cuotas de tarjetas de crédito y el elevamiento de la tasa de interés de referencia para el pago en plazos fijos de 30 días, al 97% de tasa nominal anual (TNA). Además, decidió “ordenar” a los formadores de precios en el Mercado Central para que respeten aquellas cotizaciones más económicas que favorecen la llegada de alimentos más baratos a los consumidores.

La medida de administración del crawling peg, en medio de una suba generalizada de precios, genera desconcierto sobre qué dirección tomará la política monetaria. En especial, por el hecho de que un recorrido más acelerado del tipo de cambio oficial mayorista implicaría un traslado casi inmediato a precios, lo que perjudicaría fuertemente a los sectores que incorporan insumos importados en sus cadenas de producción.

Al respecto, Mariano Sánchez, economista de Alphacast, sostiene que los precios de los sectores que tengan insumos intermedios importados o asociados al tipo de cambio oficial van a sufrir una mayor aceleración. “Pero en el régimen actual, producto de la represión financiera y de cepos mamushkas, estamos teniendo altos niveles inflación sin una devaluación discreta detrás. Estamos pagando los costos que afrontarías en una devaluación profunda sin haberla hecho”, afirma.

En medio de este panorama, el equipo económico local en conjunto con el organismo multilateral de crédito planean manejar y achicar la brecha cambiaria vía devaluaciones pactadas, controladas, que probablemente se lleven a la práctica de modo artesanal; concediendo acortar la brecha -hoy superior al 100% entre el dólar oficial y los paralelos- dentro de un programa organizado y gradual, sin tener que recurrir a un salto discreto.

Por lo pronto, la tasa de devaluación continúa en un ritmo “normal”. Es decir, circulando a la misma velocidad que las últimas jornadas de la semana anterior. El mayorista terminó este miércoles en $231,65, 55 centavos arriba del cierre del martes. No obstante, el lunes había tenido una suba importante, de más de un peso, lo cual indica que aún tenemos que esperar para ver cómo se llevará a la práctica la “administración” cambiaria.

Dólar oficial: ¿qué ritmo podría alcanzar la suba?

El FMI dejó en claro que su intención es evitar que suceda lo mismo que ocurrió en 2018, cuando otorgó a la gestión de Mauricio Macri un desembolso de dólares necesarios para estabilizar la economía, que fueron absorbidos por el mercado rápidamente. Por este motivo, las reuniones bilaterales han tenido como protagonista fundamental el aceleramiento del ritmo de devaluación. Se trata de una condición para poder adelantar desembolsos pautados por una suma cercana a los u$s10.000 millones para el segundo semestre, teniendo en cuenta las magras reservas que tiene el BCRA.

En concreto, la institución internacional insiste en su afirmación de que el tipo de cambio oficial estaría atrasado en 20%, tal como lo afirmó en marzo en las divulgaciones de metas del cuatro trimestre. Es decir que, al menos, el dólar mayorista debería posicionarse alrededor de los $276, mientras que hoy cotiza en cercanía a los $230.

En este sentido, Sergio Feniak, Director de Finex CABA, señala a iProfesional que el FMI está exigiendo una devaluación de más del 30%. Aunque, de acuerdo al especialista, “el escenario político pre electoral no da espacio para llevar adelante una depreciación de esa magnitud de una sola vez”.

Y en cuanto al ritmo que podría tomar el crawling peg, sentencia que el mercado, a través del reflejo de los precios de activos dólar linked, está observando que se generará un ancla cambiaria, viendo más alejada la posibilidad de un salto discreto.

Mayor ritmo de devaluación: ¿afectará a los demás dólares?

En una semana donde los dólares paralelos cobran mayor impulso y coquetean con acercarse a sus máximos alcanzados en abril, la incertidumbre sobre un posible contagio reflota en los mercados.

En relación a este punto, Joaquín Arregui, asesor de Extensio Finanzas, comenta a iProfesional que “el incremento en el ritmo de devaluación no debería tener impacto en los otros tipos de cambio, ya que actualmente su evolución está determinada por variables como la base monetaria, los pasivos monetarios, las reservas internacionales y el riesgo país”.

En la misma línea, el analista de Finex indica que los tipos de cambio financieros se aceleran cuando la interpretación de medidas contra la inflación no son las esperadas.

“Lo anunciado este último fin de semana fue visto como más de lo mismo y percibidas sin poder de fuego. Lo que se observó a principio de año es que en la medida que los dólares financieros van al alza, el tipo de cambio oficial queda más retrasado y cuando el mercado financiero se calma, el BCRA acelera el ritmo de devaluación”, amplía el experto.

Devaluación acelerada e inflación

Ante la escalada de precios indomable, Feniak advierte que la población está percibiendo una dinámica de mayores niveles en los valores futuros de los bienes y servicios. Esta situación, según el economista, comienza a provocar una carrera entre tipos de cambio y precios.

Y desde una óptica más historicista, enuncia que “ya empiezan a circular gráficos que comparan la inflación y devaluación mensuales actuales con los datos registrados en 1989. A pesar de esto, no vemos similitud aun con el escenario crítico de los últimos meses de la Presidencia de Alfonsín. Sin embargo, lo que tenemos en claro es que hay un efecto de inercia inflacionaria que está generado en parte por expectativas de gran variación de precios a futuro”.

Por otra parte, en el caso de que los dólares del FMI anticipen su llegada, como busca afanosamente Economía, quedará por verse la efectividad de las medidas para contener este flujo del exterior. Segio Feniak indica que “por lo observado en el mercado, los cambios realizados no bastan. Entendemos que se tratará de una negociación de índole política, ya que no se observa que el FMI se encuentre en posición para soltarle la mano a la Argentina”.

En tanto, el economista de Extensio Finanzas expresa que Argentina se ha convertido en un socio no deseado para el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que si el país experimenta un colapso, significaría un fracaso absoluto de la misión del organismo de crédito.

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