El envío de la reforma laboral al Congreso desató una feroz disputa en el gobierno: el ala política, incluyendo a Martín Menem, Santiago Caputo y Diego Santilli, acusó a Federico Sturzenegger de detonar la relación con la CGT al incluir cambios que golpean directamente el financiamiento sindical, forzando la convocatoria a una marcha.
Un Gestor de Conflicto
El proyecto de reforma laboral no solo encendió la alarma de los sindicatos, sino que también desató una feroz disputa interna en el gabinete de Javier Milei. La puja se concentra en el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, acusado por el ala política de haber detonado la relación con la cúpula de la CGT, que hasta un día antes dudaba de convocar a medidas de fuerza.
A pesar de que el ala política (Menem, Santilli, Santiago Caputo) había negociado para excluir la eliminación de la cuota sindical solidaria como un “gesto” a la CGT, Sturzenegger se salió con la suya e incluyó modificaciones quirúrgicas que golpearán las cajas gremiales y limitarán el poder sindical.
La reforma no solo afecta el financiamiento, sino que introduce cambios profundos en la Ley de Asociaciones Sindicales: restringe la convocatoria de asambleas, impone nuevas sanciones por “prácticas desleales” y limita la tutela sindical, reduciendo la capacidad de defensa colectiva del trabajador.
Puntos Clave: El Triunfo Silencioso de Sturzenegger
1. La Batalla del Gabinete Contra Sturzenegger
El conflicto unió por primera vez a todas las tribus del oficialismo en contra de Sturzenegger. Martín Menem, Santiago Caputo y Diego Santilli negociaban un proyecto menos duro con los gremios. Incluso Manuel Adorni se mostró sorprendido, al adelantar un día antes que la cuestión sindical quedaría para un proyecto posterior, sugiriendo que la postura del ala política, incluida Karina Milei, se oponía al embate.
Sturzenegger, sin embargo, cree haber ganado la batalla al incluir cambios sutiles pero destructivos para el financiamiento sindical:
- Cuota Solidaria Bajo Amenaza: Se establecen restricciones para el cobro de la cuota solidaria a trabajadores no afiliados, requiriendo consentimiento expreso del trabajador. El ministro apuesta a que, con el fin de la ultraactividad, estas cláusulas obligatorias se caerán en la práctica.
- Retención Opcional: Las empresas ya no estarán obligadas a ser agentes de retención de las cuotas de afiliación, salvo autorización del trabajador, quien además tendrá facilidades para dejar de aportar.
- Golpe a las Obras Sociales: Se cuela una rebaja de un punto en la contribución empresarial a las obras sociales (de 6% a 5%), un golpe directo a las cajas sindicales que, se espera, termine siendo absorbido por los trabajadores.
2. Menos Fuerza Colectiva y Más Poder Empresarial
Las modificaciones al Título XV de la Ley de Asociaciones Sindicales buscan reducir la capacidad de acción gremial, otorgando mayor flexibilidad al empleador:
- Restricción de Asambleas: Los sindicatos pierden autonomía. Se exige autorización previa del empleador para horario, duración y lugar de las asambleas. Además, los trabajadores no percibirán salario durante estos eventos.
- Fragmentación Gremial: Se permite otorgar personería gremial a sindicatos de empresa si demuestran tener más afiliados cotizantes que el preexistente, fomentando la competencia interna y debilitando a las asociaciones de ámbito mayor (como la UOM o la UOCRA).
- Riesgo de Sanciones: Se amplían las sanciones por “infracciones graves” para incluir el hecho de “instigar” u “organizar” bloqueos o daños fuera del establecimiento, aumentando el riesgo legal para sindicatos durante huelgas.
- Debilitamiento de Tutela: Se reduce la tutela sindical para candidatos con bajo apoyo y se facilita la exclusión de garantías a representantes protegidos, priorizando la continuidad operativa y flexibilidad empresarial.
En síntesis, la reforma busca limitar la autonomía, el financiamiento y la protección gremial, impactando directamente en la capacidad de los trabajadores de organizarse y negociar colectivamente.



