La tensión política se disparó entre el Gobierno nacional y la Confederación General del Trabajo (CGT) a raíz del alcance de la inminente reforma laboral. El cruce verbal se desató cuando el ministro de Transformación y Desregulación del Estado, Federico Sturzenegger, sugirió que la nueva legislación no solo regiría para futuras contrataciones, sino que influiría en todas las relaciones laborales. Esta declaración fue interpretada inmediatamente por la central obrera como un intento de aplicar la ley con carácter retroactivo.
Ante la rápida y fuerte reacción sindical, que denunció un “sincericidio” y una “quita de derechos”, altas fuentes del oficialismo salieron a aclarar la posición oficial del Ejecutivo. Una fuente oficial de alto rango, en declaraciones a TN, indicó de manera contundente que la interpretación sobre la afectación de los derechos es “equivocada”. La fuente zanjó la controversia al asegurar que “Los derechos adquiridos son adquiridos”, buscando desactivar el temor a la retroactividad de la norma. De esta manera, el Gobierno garantiza que los trabajadores que ya se encuentran empleados seguirán bajo el marco legal y el convenio vigentes al momento de su contratación, mientras que las nuevas disposiciones aplicarían a partir de la sanción de la ley.
La aclaración del Ejecutivo se produce como respuesta a la fuerte embestida lanzada por la CGT. La central obrera vio en las palabras de Sturzenegger la confirmación de sus peores temores, ya que el ministro había declarado previamente en Radio Mitre que la reforma “es un cambio en la ley y aplica a cualquier relación laboral. Estamos clarificando la Ley de Contrato de Trabajo y la LCT aplica a todo el mundo”. Cristian Jerónimo, uno de los integrantes del triunvirato sindicalista que conduce la CGT, tomó la palabra para cuestionar al Gobierno. El dirigente sindical sostuvo que el Ejecutivo les estaba mintiendo y que el ministro había cometido un acto de “sincericidio”. Jerónimo aseguró que al ministro “lo traicionó su inconsciente”, pues el Gobierno venía diciendo que la reforma era solo para los nuevos trabajadores. El jefe de la CGT fue tajante al considerar que la iniciativa que impulsa el Ejecutivo es “regresiva” y que su aplicación práctica le saca “todo tipo de protección a los trabajadores y trabajadoras” al proponer una “quita de derechos individuales y colectivos”. En este contexto de máxima tensión, la aclaración de las altas fuentes del oficialismo a TN busca ponerle un freno a la escalada de conflicto, al menos en lo que respecta al alcance temporal de la reforma, aunque la CGT ya ha marcado su oposición categórica a los puntos centrales del proyecto.



