La demanda de los ahorristas duplica el pico histórico y supera la oferta de ‘sojadólares’, lo que obliga al equipo económico a viajar de urgencia a EE.UU. a buscar respaldo.
Una intensa “fiebre dolarizadora” ha desatado una crisis de demanda que alcanzó los U$S 400 millones diarios, cifra que supera el doble del pico registrado este año. Esta demanda insostenible se debe a la expectativa generalizada de devaluación. Los ejecutivos bancarios ven con escepticismo que el esquema pueda continuar a este ritmo, especialmente porque la oferta de dólares del agro está perdiendo fuerza. Las medidas restrictivas del Banco Central, como el freno a las billeteras virtuales, solo han empeorado la situación al hacer más verosímiles los rumores de un cepo total.
El mercado financiero arroja datos elocuentes sobre la gravedad de la crisis: la demanda de dólares por parte de los ahorristas ha escalado a niveles récord. La demanda récord alcanzó los U$S 400 millones diarios, cifra que duplica el pico de dolarización de este año. Esto pone de manifiesto la insostenibilidad del esquema cambiario, cuya ficción cambiaria hace que el dólar oficial se ubique a apenas un 4% de distancia del techo de la banda.
Las medidas del Gobierno, por su parte, no han logrado calmar la situación. El desgaste político de la gestión se evidenció en que el “efecto Bessent” (apoyo de EE.UU.) mostró un “rendimiento decreciente” tras la rectificación de los fondos frescos, obligando a Caputo a buscar en Washington un respaldo que el mercado ya no le otorga.
A los ojos de los ahorristas, las restricciones del BCRA, que constituyen el efecto cepo, solo han empeorado la expectativa de devaluación al hacer más verosímiles los rumores sobre la implantación de una variante del cepo total. Pese a esta corrida cambiaria, un dato de relativa tranquilidad es la estabilidad bancaria: el dinero de los ahorristas se mantiene en depósitos, lo que evita una corrida del sistema. Sin embargo, los ejecutivos manifiestan su escepticismo sobre que esta dinámica pueda continuar sin que se produzca la devaluación que el mercado ya descuenta.
