jueves
noviembre, 21

Fractura radical: Manes y De Loredo se adjudican la presidencia del bloque

Con el apoyo de Cornejo y Valdés, los diputados de Evolución pretendían unificar la bancada con el partido centenario para ungir a De Loredo. Los que impulsaban al neurólogo exigieron que la votación se hiciera exclusivamente entre los miembros de su bloque. Riesgo de ruptura.

El neurólogo Facundo Manes resultó “electo” presidente del bloque de diputados de la UCR en una escandalosa reunión que promete nuevos capítulos. Los que impulsaron la candidatura del cordobés Rodrigo de Loredo desconocieron el resultado y afirmaron que se impuso el hombre de Evolución, el sello de Yacobitti y Lousteau.

La “elección” de Manes se dio tras una reunión que se extendió por más de cuatro horas -con un cuarto intermedio incluido-. Al menos, eso se encargaron de divulgar desde el grupo que apuntalaba su proyección a través de un acta interna firmada por 12 miembros de la bancada.

Horas mas tarde el sector de Lousteau y Yacobitti anunció que De Loredo era el jefe de bloque electo porque había conseguido 14 votos y hasta difundieron una lista con los nombres: Marcela Antola, Martín Arjol, Karina Banfi, Atilio Benedetti, Gabriela Brouwer De Koning, Mariano Campero, Carla Carrizo, Soledad Carrizo, Pablo Cervi, Gerardo Cipolini, Mariela Coletta, Rodrigo de Loredo, Melina Giorgi, Alejandra Leonardo, Francisco Monti, Lisandro Nieri, Luis Picat, Fabio Quetglas, Roberto Sánchez, Danya Tavela, Martín Tetaz, Alfredo Vallejos y Pamela Verasay.

Los adversarios del neurólogo denunciaron que la elección de Manes fue producto de “una votadora trucha”. “¿Desde cuándo 12 es la mayoría de 25?”, preguntó retóricamente a este medio una legisladora que participó del encuentro con el propósito de bajar la espuma, pero suponiendo que se trataba de “una conversación previa”.

La discusión había arrancado a las 17:40, bajo la conducción del actual titular de la bancada en la Cámara Baja, Mario Negri. El sector que promovía un entendimiento con Evolución para que el cordobés Rodrigo de Loredo liderase un bloque reunificado necesitaba que los radicales que apoyaban a Manes accedieran a la convergencia.

En la previa, el poroteo arrojaba que Manes juntaba 12 de las 25 voluntades de la UCR. Los cálculos de los que se inclinaban por De Loredo indicaban que, si se sumaban los 9 diputados que responden a Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, acreditaban 23 sobre 34.

A las 20:15, el debate pasó a un cuarto intermedio ante la falta de acuerdo. Ya habían pasado “a conversar” Pamela Verasay, Fabio Quetglas y Lisandro Nieri, que adujeron que su participación apelaba a “bajar los decibeles”. “No queríamos pasar la votadora”, repetían.

¿Desde cuándo 12 es la mayoría de 25?

Al intentar reconstruir el derrotero de la confrontación, los relatos difieren de manera casi irreconciliable. Mientras la vertiente del bloque que empujaba a De Loredo sostenía que en el fragor del intercambio los que iban por Manes le ofrecieron la presidencia a Pamela Verasay, la corriente de De Loredo relata que le plantearon a Verasay que compita y coseche más votos que Manes entre los 25 de la UCR. “No tenían 13 ni tenían 12, no sé si tenían 6 siquiera”, se animó a decir uno de los testigos del cónclave que se desarrolló en la sala Ricardo Balbín del Anexo del Congreso.

Los números no son un capricho, sino que serían la validación que esgrimen los que bancan a Manes: al reanudarse el trámite, después del cuarto intermedio, los 12 diputados presentes habrían ungido al doctor por unanimidad.

Apoyados por el gobernador correntino Gustavo Valdés y su par electo por Mendoza, Alfredo Cornejo, los auspiciantes del candidato cordobés explicaron a este portal que mañana presentarán una nota formal a la Presidencia de la Cámara de Diputados, oficina que todavía maneja Cecilia Moreau, para informarle que Evolución y la UCR se fundirán en una sola bancada. Por su parte, los firmantes de la elección de Manes presentarían su propia papeleta.

La preocupación y los fundamentos de las posturas en pugna trascienden las referencias personales, aunque se achaquen mutuamente defecciones con nombre y apellido. Desde los despachos que empujan por De Loredo imputan a sus rivales el presunto anhelo de “un radicalismo chiquito”. Paradójicamente, quienes reivindican a Manes explican que el radicalismo gravita en el sistema cuando crecen sus figuras en Buenos Aires y Capital Federal, pero se desdibuja cuando prevalecen perfiles del interior, sin mayor peso para eludir el mote de “furgón de cola”.

No obstante, las diferencias, ambas corrientes tienen un ojo en la disputa del bloque y otro en lo que pueda suceder en la elección de autoridades partidarias el próximo 15 de diciembre. Con esa fecha marcada en rojo en el calendario, los gobernadores quisieron oficiar de “cancilleres” para que el desorden no escale pero sus oficios naufragaron porque unos quieren que se vote al jefe de bloque sin Evolución y otros quieren que se incorpore Evolución sin que se vote para poner otro jefe de bloque.

La tensión tiene, al cierre de esta nota, derivas insondables. “Se va a pudrir todo”, advirtió una fuente del radicalismo a LPO antes que iniciara la deliberación. Sin precisiones concluyentes en este pleito interno, se verá en las próximas horas si la UCR sigue honrando el axioma que la enorgullece acerca de que se parta pero que no se doble.

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