El plan de Donald Trump para impulsar la dolarización de Argentina y otros países aliados como arma geopolítica desató un profundo escepticismo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó que la medida limitaría el crecimiento al atar la economía a la Reserva Federal, mientras expertos recuerdan que el 76% de la deuda histórica argentina se evaporó por fugas de capitales.
Puntos Clave
- Advertencia del FMI: El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene que la dolarización podría condenar a Argentina a un bajo crecimiento, al dejar la economía sujeta exclusivamente a las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
- Fuga de Capitales Histórica: Expertos locales recuerdan que el 76% de la deuda acumulada por Argentina desde 1995 se evaporó debido a la fuga de capitales vinculada a la desconfianza en la moneda local.
- Motivación Geopolítica: El plan, analizado por funcionarios del Tesoro de EE. UU. en la órbita de Donald Trump, busca frenar el avance de China y reforzar la hegemonía del dólar a nivel global.
- Lista de Candidatos Globales: Argentina figura como el principal candidato en una lista de naciones con crisis de confianza monetaria que Washington busca atraer, incluyendo a Líbano, Pakistán, Ghana, Turquía, Egipto, Venezuela y Zimbabue.
- Viabilidad Financiera Cuestionada: A pesar del interés político, analistas dudan que EE. UU. esté dispuesto a aportar los U$S 20.000 millones necesarios para cubrir los pasivos del Banco Central argentino, lo que vuelve el plan inviable en el corto plazo.
El alto costo y los Riesgos de la Soberanía
La propuesta de “exportar el dólar” de la administración Trump, aunque atractiva para sectores afines al presidente Javier Milei, choca de frente con las advertencias de las principales instituciones financieras y la historia económica argentina.
El FMI ha sido claro en su objeción central: la dolarización, al entregar la política monetaria a la Reserva Federal, despojaría a Argentina de herramientas esenciales para gestionar su propia economía. La consecuencia directa es que el país quedaría condenado a una senda de bajo crecimiento, sin capacidad de respuesta propia ante shocks externos o crisis internas.
Esta preocupación se potencia al mirar el historial financiero local. Expertos citados por la prensa recuerdan la dolorosa lección: el 76% de la deuda que el país acumuló en las últimas décadas no se destinó a inversión productiva, sino que se esfumó por la fuga de capitales. Para estos especialistas, los rescates financieros (como el que se necesitaría para dolarizar) son un “mal negocio” si el país no resuelve su problema estructural de confianza.
Mientras Argentina es el blanco principal de esta estrategia geopolítica diseñada para reforzar la hegemonía del dólar frente a China, Washington también tiene en la mira a otros países con profunda inestabilidad monetaria y política, como Líbano, Pakistán, Ghana y Venezuela. La inclusión de estas naciones en la misma lista subraya que la iniciativa es un movimiento estratégico de contención global, más que una solución económica a medida para Argentina.
Por ahora, el plan se mantiene en el plano de las ideas, enfrentando un escepticismo que se basa en dos pilares: el riesgo de sujeción económica que advierte el FMI y la falta de voluntad financiera de Estados Unidos para aportar el volumen de dólares necesario para una transición sostenible.




