En la historia política argentina, pocas figuras han generado un quiebre tan drástico como Fernando de la Rúa en su momento y Javier Milei en la actualidad. Ambos llegaron al poder con un fuerte apoyo popular, la promesa de un cambio radical y la necesidad de sanear una economía en ruinas. Ambos, sin embargo, enfrentaron una férrea resistencia que, en el caso de De la Rúa, terminó en colapso.
El reciente discurso de Milei en el que acusa a ciertos actores de querer “torpedear el barco” de su gobierno evoca un eco del pasado. Al igual que De la Rúa, Milei sugiere que las dificultades que enfrenta son el resultado de una conspiración externa, pero, ¿es realmente así? Un análisis más profundo revela que las crisis de ambos gobiernos tienen raíces mucho más complejas, y que muchos de los “torpedos” provienen de las mismas decisiones de sus administraciones.
Mismos actores, diferentes roles
El primer punto de conexión es la presencia de los mismos actores políticos. Si bien en el video se menciona a Patricia Bullrich y Federico Sturzenegger, es clave analizar el rol que tuvieron en ambos gobiernos.
- Patricia Bullrich, hoy Ministra de Seguridad de Milei, fue la Ministra de Trabajo de De la Rúa. Durante su gestión, impulsó la controvertida Ley de Reforma Laboral, que generó un enorme rechazo y estuvo envuelta en un escándalo de corrupción conocido como las “coimas del Senado”.
- Federico Sturzenegger, arquitecto de las reformas de Milei, fue Secretario de Política Económica de De la Rúa. Su figura estuvo ligada a las políticas que finalmente no lograron evitar el colapso.
Es notable que figuras clave en los intentos de reforma de De la Rúa, que fallaron, sean hoy arquitectos de las políticas de Milei. Esto sugiere que no son “nuevos” los que atacan, sino que las personas que diseñan las políticas son las mismas que no lograron evitar la crisis en el pasado.
La reforma laboral y la sombra de la crisis
El impulso de la reforma laboral es el segundo punto en común. Ambos gobiernos la presentaron como una herramienta fundamental para generar empleo y competitividad. Sin embargo, su implementación se encontró con la misma oposición, principalmente de los sindicatos y la clase política.
- La ley de De la Rúa fue aprobada, pero la sospecha de corrupción la hizo impopular y sirvió como detonante para el descontento social.
- El DNU de Milei, con su reforma laboral, fue bloqueado por la Justicia.
En ambos casos, la reforma se diseñó sin un consenso social o político que pudiera sustentarla. La falta de diálogo y la imposición de las medidas, en lugar de generar un cambio, crearon un frente de resistencia que hoy se manifiesta en protestas y paros.
El ajuste y la bomba de tiempo económica
Finalmente, la economía es el corazón de la crisis. Ambos gobiernos heredaron un país con graves problemas económicos y optaron por un fuerte ajuste fiscal.
- De la Rúa buscó sostener la convertibilidad a través de recortes de gasto público, que llevaron al “corralito” y a la crisis de 2001.
- Milei busca el “déficit cero” con la motosierra y la no emisión, lo que ha generado una fuerte recesión y una caída del consumo.
Mientras Milei acusa a la “casta” de “torpedear” el barco, gran parte de la crisis es autoinfligida. El ajuste económico, si bien necesario para algunos, sin un plan de crecimiento a largo plazo y sin diálogo social, termina por generar una recesión que afecta directamente a la clase media y a los trabajadores, lo que provoca inevitablemente el descontento social que vemos hoy. El barco, lejos de ser torpedeado desde afuera, parece tener un agujero en el casco que ellos mismos hicieron para “limpiar la cubierta”.