El presidente Javier Milei despidió esta mañana por televisión al secretario de Trabajo, Omar Yasin, por las disputas que este había generado con el jefe del Gabinete, Nicolás Posse, sobre dos cuestiones clave: la ley de asociaciones profesionales y los créditos del Banco Mundial que obran en la cartera laboral.
Según pudo saber iProfesional de altas fuentes gubernamentales, Posse acumula día a día más poder en la Presidencia. Representa los intereses reales de Milei y de ramificaciones empresariales vinculadas al Grupo Eurnekián.
La curiosidad es que Milei despidió a Yasín durante un programa de televisión por LN+ y dijo que había sido por la firma del decreto 206 de febrero último por el cual Milei y todos los ministros recibieron un aumento de sueldos del 48% a contramano de la promesa de congelarlos durante el ajuste fiscal en marcha para bajar la inflación.
Sin embargo, según pudo saber iProfesional, los responsables del decreto fueron el secretario legal y Técnico, Javier Herrera Bravo, y el secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Armando Guibert, que depende del jefe del Gabinete, Posse, que debe aprobar esos aumentos.
“Buscaron un chivo expiatorio por el escándalo de los aumentos de sueldos del Presidente y los ministros”, señalaron a iProfesional en la Casa Rosada. El vocero presidencial Manuel Adorni, sostuvo que ese había sido uno de los motivos, pero hubo “otras diferencias”.
Las verdaderas razones detrás del despido del secretario de Trabajo
Las disputas por los créditos del Banco Mundial y por las leyes laborales habrían estado en el centro de esa puja.
A esta altura se puede decir que Posse es la mano derecha Milei. De hecho, se conocieron trabajando para Aeropuertos 2000 donde el ahora jefe de Gabinete administraba los aeropuertos de la zona patagónica.
Según dejaron trascender a iProfesional altas fuentes del mundo libertario, Posse quería reformar la ley de asociaciones profesionales o sindicales, para generar una mayor apertura hacia otros sectores y quitarles poder a los actuales dirigentes de la CGT y acortar los mandatos.
En cambio, Yasín es un dirigente relacionado con el ex ministro de Trabajo Jorge Triaca, mano derecha del ex presidente Mauricio Macri, y siempre defendió la ley sindical tal como es ahora. Al igual que los dirigentes de la CGT, sostiene la idea de que una reforma a esa ley permitiría el ingreso de la izquierda y el trotskismo.
“Nada que ver ese tema siempre lo manejaron Posse y Federico Sturzenegger”, señalaron en Trabajo a iProfesional. Pero otras fuentes sostienen lo contrario.
Por otra parte, Yasin mantiene la tesitura de que es más urgente reformar la ley de contrato de trabajo, que es lo que se hizo en el DNU 70/23 que quedó impugnado en la Justicia por la central obrera luego del paro del 24 de enero último.
Ahora, el Gobierno quiere avanzar en la reforma laboral por una ley del Congreso. Sin embargo, esa reforma laboral había sido acordada entre el ministro del Interior, Guillermo Francos, y la CGT, de Héctor Daer, en diciembre último. Pero se complicó a último momento porque el asesor presidencial Federico Sturzenegger introdujo la eliminación de las cuotas solidarias de los salarios, lo que fue rechazado por Daer.
Las cuotas son una quita de un 3% del salario que iba a parar a las cajas millonarias sindicales para todos aquellos trabajadores que optaran por no pagar la cuota sindical porque optaran por no afiliarse.
En ese momento, el dirigente mercantil, Armando Cavalieri, se acercó a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, para pedir que no le quitaran la cuota solidaria. A cambio hizo una foto en apoyo del Fondo del Cese, previsto en el DNU. El ex subsecretario de Trabajo Horacio Pitrau propuso una alternativa para que los sindicatos pidieran eximirse.
Así las cosas, Cavalieri fue eximido y la CGT se enteró del trueque, por lo cual Daer y los popes cegetistas convocaron al paro nacional del 24 de enero último y Milei y Posse pidieron que rodara una cabeza. Es por eso, que Pettovello hizo renunciar al subsecretario de Trabajo, Horacio Pitrau, que era el segundo de Yasín.
Posse y Yasin habían tenido diferencias profundas por el manejo de los créditos del Banco Mundial que obran en Trabajo. El jefe del Gabinete querría tener el manejo pleno de esos fondos.
Lo cierto es que Milei no despidió a Omar Yasin debido a la firma del decreto 206/24 por el cual se dispusieron los aumentos de los sueldos del Poder Ejecutivo en 48%. Esa fue la excusa para canalizar otras diferencias, según todas las fuentes oficiales.
Algo similar había ocurrido con las renuncias que Milei le pidió al ex ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro y al ex titular de la Anses Osvaldo Giordano. En ambos casos, Posse mantenía fuertes disputas con los funcionarios. En el caso de Ferraro, Posse avanzó sobre las empresas públicas que tenía el ministro de Infraestructura y nombró a la conducción de casi todas, muchas sujetas a privatizarse.
Posse, el hombre fuerte del Gobierno de Javier Milei
“A esta altura, no queda dudas que Posse, que asumió con la condición de no hablar en público, es el hombre fuerte del Gobierno de Milei”, señalan en la Casa Rosada a iProfesional.
“Lo mismo pasó con Ferraro y Giordano, buscan un motivo menor para echarla la culpa de algo y los echan”, dijo una fuente libertaria, preocupada por la toma de decisiones.
Yasín tenía buena relación con Triaca, con Macri y con los dirigentes sindicales de la CGT. “No estaba de acuerdo con reformar la ley de asociaciones profesionales, pero sí la de contratos de trabajo”, señalaron en la Casa Rosada.
Un fenómeno inocultable es que Posse está tomando mucho vuelo, al igual que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor presidencial Santiago Caputo.
Yasin se enteró por televisión que había sido despedido. En realidad, el mecanismo de firma de un decreto es resorte del secretario legal y Técnico, Javier Herrera Bravo. Es el funcionario que redacta y corrige los textos.
Sin embargo, Milei dijo en LN+ que por el escándalo de los sueldos había despedido a Yasin. “En este momento lo están notificando”, señaló. Pettovello notificó a Yasín.
Consideró que el error de la suba de sueldos era “imperdonable”. Adorni admitió que hubo “diferencias de criterio en otras cuestiones”. De hecho, Yasin no tuvo casi nada que ver con el decreto 206, solo en homologar el aumento de sueldos de la administración pública.
Tampoco había tenido injerencia en el decreto 90/24 publicado a fines de enero, donde se disponía el aumento a todos los empleados de la administración no jerarquizados.
En el artículo 4 se disponía “no se extenderlo al Gabinete”, algo que se revirtió en el decreto 206.
Así las cosas, los responsables del decreto en cuestión fueron el secretario legal y Técnico, Javier Herrera Bravo, y el secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Armando Guibert, que depende del jefe del Gabinete, Posse, que debe aprobar esos aumentos.