La vicepresidenta Victoria Villarruel exigió explicaciones a Vialidad Nacional, que depende del ministro Luis Caputo, luego de que la Iglesia de Misiones denunciara el cobro de un canon de más de medio millón de pesos a fieles por caminar a la vera de una ruta abandonada.
Un peaje inédito al acto de Fe
La vicepresidenta Victoria Villarruel protagonizó un duro cruce interno con el área de Infraestructura del Gobierno, que responde al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. La polémica estalló tras la denuncia del sacerdote Leonardo Cuenca de Misiones, quien reveló que Vialidad Nacional les cobró un canon de más de medio millón de pesos para realizar una tradicional peregrinación a la vera de la Ruta Nacional 12.
El obispo de Posadas, monseñor Juan Martínez, calificó la medida como un acto “sin antecedentes”. El Padre Cuenca subrayó la contradicción: se impone un pago por caminar sobre una “ruta abandonada, donde la selva avanza”, en contraste con el discurso libertario de desregulación. Villarruel tomó el reclamo como propio, exigiendo explicaciones al director de Vialidad, Marcelo Jorge Campoy.
El cruce y el dardo interno
La vicepresidenta utilizó un tono irónico para cuestionar la acción, apuntando directamente al organismo que depende del área de Caputo:
“El funcionario a cargo de Vialidad Nacional debiera responder por semejante insensatez. Quién puede pensar que es de sentido común que en un gobierno libertario se obligue a peregrinantes a pagar por caminar a la vera de una ruta? La libertad, bien, gracias”, sentenció Villarruel.
La frase, que se mofó del nombre del partido, desató la reacción de las milicias digitales libertarias. Un troll, identificado como Dumas, atacó a la vicepresidenta cuestionando el financiamiento de las peregrinaciones.
Villarruel respondió al ataque, marcando distancia y deslizando una crítica indirecta a la estructura de financiamiento digital que se asocia al asesor presidencial Santiago Caputo:
“Mi sueldo está congelado hace 2 años. Ese recurso no les sirve. Tampoco recibo fondos reservados”, dijo la vicepresidenta.
La mención a los “fondos reservados” (tradicionalmente vinculados al financiamiento de las milicias digitales de Milei) sugiere que la vicepresidenta no solo defendió a la Iglesia, sino que también delimitó su posición respecto a la forma en que se manejan los recursos y la comunicación dentro del espacio político oficial, exponiendo una fisura interna en la gestión.





