El gobierno de Caputo ganó tranquilidad para llegar a las elecciones, pero el megacrédito de US$20.000 millones está condicionado al resultado y a la agenda geopolítica de la Casa Blanca.
El gobierno de Javier Milei logró un respiro financiero gracias a la promesa de un salvataje de US$20.000 millones por parte del Tesoro de EE.UU. y la liquidación de divisas del agro. Aunque el equipo económico ganó tranquilidad para afrontar las semanas previas a las elecciones de octubre, la ayuda financiera de Washington se concretará recién a fin de año, y su desembolso total está condicionado al resultado de los comicios. La negociación, que incluyó a lobbistas y financistas cercanos a Donald Trump, reveló que EE.UU. busca no solo la estabilidad argentina, sino también eliminar la influencia de China en la región.
Puntos Claves
- Promesa de Salvataje: El Tesoro de EE.UU. se comprometió a un paquete de ayuda de hasta US$20.000 millones.
- Tiempos del desembolso: Los primeros fondos podrían llegar a fin de año y se acelerarían solo si la situación financiera se complica antes de octubre.
- El “pacto” de los US$20.000 millones: El acuerdo fue sellado a través de una red de lobbistas y financistas cercanos a Donald Trump.
- El riesgo político: La llegada de los fondos está condicionada al resultado de las elecciones de octubre y a que el gobierno tenga “capacidad política” para avanzar con las reformas.
- Condiciones geopolíticas: EE.UU. quiere que la Argentina demuestre su apoyo eliminando la influencia de China en el país, lo que podría implicar un reemplazo del swap chino por uno americano.
Con las elecciones de octubre a la vuelta de la esquina, el gobierno de Javier Milei logró una tranquilidad crucial tras la confirmación de un inédito salvataje financiero de hasta US$20.000 millones por parte del Tesoro de los Estados Unidos. Sin embargo, la ayuda, que se selló en una frenética negociación en Nueva York, está atada a una apuesta de alto riesgo: los dólares llegarán, pero la principal parte del acuerdo se concretará recién después de los comicios, en función de los resultados.
Según explicaron los ministros Luis Caputo y Guillermo Francos, la palabra de Donald Trump y su secretario del Tesoro, Scott Bessent, fue suficiente para calmar a los mercados que, hace apenas unas semanas, veían un riesgo país dispararse y el dólar tocando el techo de la banda cambiaria. La jugada del gobierno, que combinó el anuncio del salvataje con la liquidación acelerada de divisas del agro, logró estabilizar la economía.
Sin embargo, detrás del gesto público de apoyo, la negociación fue una red de canales formales e informales que involucraron a la cúpula del gobierno y a un grupo de lobbistas y financistas estadounidenses con estrechos lazos con Trump, como la empresa Tactic Global. A través de estas gestiones, Washington dejó claras sus condiciones: el Tesoro de EE.UU. evaluaría el desembolso de un primer tramo de US$5.000 millones hacia fin de año, pero podría adelantarlo si la situación financiera de la Argentina se complicara. De lo contrario, el gobierno de Trump esperará el resultado de las elecciones nacionales del 26 de octubre.
Las condiciones de la Casa Blanca van más allá de lo económico. La administración Trump mira a la Argentina de reojo y tiene tres intereses específicos: que Milei se sostenga en el poder, que demuestre capacidad política para hacer las reformas que los inversores le piden, y, sobre todo, que elimine cualquier influencia de China en el país. Esto podría significar, incluso, que se le pida a Milei que abandone el swap de monedas con Beijing para reemplazarlo por el del Tesoro americano. La “importancia estratégica geopolítica” a la que aludió Bessent en su momento, hoy tiene nombre y apellido.
El equipo económico de Caputo ganó tiempo para llegar a las urnas, pero el futuro de la economía sigue siendo una incógnita. El salvataje es una promesa poderosa, pero su cumplimiento depende de que el gobierno de Milei logre una victoria política en octubre que le dé el mandato suficiente para avanzar con las reformas que el mercado y sus nuevos socios le exigen.