lunes
agosto, 4

Los 4 Fantásticos: Primeros pasos (“The Fantastic Four: First Steps”)

Los 4 Fantásticos fueron creados por Stan Lee y Jack Kirby a principios de la década de 1960, pero a pesar de su longevidad no han tenido demasiada suerte en sus sucesivos saltos al cine (tanto las películas dirigidas por Tim Story para la Fox en 2005 y 2007 como el reboot de 2015 filmado por Josh Trank resultaron bastante decepcionantes). Ahora, Marvel reflota a Reed Richards / Sr. Fantástico (Pedro Pascal), Sue Storm / Mujer Invisible (Vanessa Kirby), Johnny Storm / La Antorcha Humana (Joseph Quinn) y Ben Grimm / La Mole (Ebon Moss-Bachrach, el Richie de El Oso / The Bear) con la idea de potenciarlos y sumarlos al nuevo universo de la Fase 6 (un cartel al cierre de esta película nos informa que volverán el año próximo en Avengers: Doomsday).

Convertidas en celebridades mediáticas luego de cuatro años de proteger a la humanidad contra múltiples y diversas amenazas (el típico prólogo que sirve para contar el pasado de los protagonistas es corto, veloz y eficaz), encontramos a Reed Richards y a Sue Storm en la realidad paralela de la Tierra-828, aunque el look es propio de la Nueva York de los años ’60.

En una casa digna de una sitcom como Hechizada o El show de Dick Van Dyke, vemos que Sue le cuenta a Reed que finalmente ha quedado embarazada. La pareja había estado buscando un hijo durante mucho tiempo, pero justo cuando habían abandonado la idea ella le muestra las rayitas del test con la buena nueva. Y ese bebé resultará tan especial que hasta el mismísimo dios del espacio, el gigantesco Galactus (Ralph Ineson), y su guerrera Shalla-Bal / Silver Surfer (Julia Garner) harán todo lo posible para apoderarse de la criatura y, de paso, destruir la Tierra y exterminar a la humanidad (en el cine de superhéroes no se andan con chiquitas).

Lejos de la solemnidad y las búsquedas pretenciosas de tantas películas de Marvel, Los 4 Fantásticos: Primeros pasos apuesta por un tono más naif y zumbón como el de, por ejemplo, Guardianes de la Galaxia. Por momentos algo superficial en la descripción de los personajes, sus conflictos y sus traumas, y con menos gags de los que uno desearía, la película de Matt Shakman (director de un solo largometraje, Cut Bank, pero responsable de unos 140 episodios de decenas de series, incluidos los 9 de WandaVision) encuentra sus mayores méritos y hallazgos en la estética retrofuturista de esos años ’60 y en la dinámica de las secuencias de acción que nos transportan a la esencia, el espíritu del cómic original.

Como siempre, hay dos escenas post-créditos: la primera -intrigante- tiene que ver con la continuidad del MCU y la segunda, resulta un bienvenido y merecido homenaje a las viejas versiones animadas sesentistas de Los 4 Fantásticos. Vale la pena, por lo tanto, permanecer unos minutos más en la butaca.

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