El candidato a presidente delinea la agenda del tramo final de cara al 22 de octubre, que incluirá un viaje a Santa Cruz. En Unión por la Patria (UP) creen que tienen un lugar asegurado en la segunda vuelta contra Milei
Lo impensado es una realidad. En el peronismo se viven horas tranquilas y de actividad electoral intensa, cuando se aproxima el tramo final de la campaña. Sergio Massa traspasó sin demasiados sobresaltos los días posteriores al escándalo que desataron las fotos de Martín Insaurralde en Marbella. La crisis política se aplacó, pese a la cantidad de investigaciones que se abrieron en la justicia y que mantuvieron el caso con permanente visibilidad.
En el equipo de campaña del ministro de Economía se vivió una semana complicada, pero están satisfechos porque la dejaron atrás sin que el conflicto los haya desbordado. En los tracking diarios que hicieron, el tema no está presente con un alto nivel de importancia y los dirigentes que están en el día a día de la campaña advierten que no se trasladó a la calle. Creen haber amortiguado el golpe.
Entienden que la decisión rápida de correr al ex intendente de Lomas de Zamora del mapa oficialista los terminará beneficiando. “El conflicto quedó encapsulado en él. Ya está”, advirtió un importante dirigente que camina con frecuencia los pisos del búnker ubicado en la calle Mitre. Las elucubraciones del detrás de escena de las imágenes dan vuelta por todas las oficinas oficialistas. El enojo está latente. El temor a que sigan conociéndose detalles de la vida de Insaurralde, también.
El sábado en que se viralizaron las fotos en Marbella, el ex jefe de Gabinete bonaerense se comunicó con Massa como un acto reflejo para dar explicaciones sobre una ola que lo había tapado. Estaba en su casa de Tigre, entrenando para el debate presidencial junto al intendente de San Fernando, Juan Andriotti. En ese diálogo le deslizó que lo estaban extorsionando y que el viaje había sido algunos días atrás. El ministro de Economía pensaba que aún estaba en Italia. La respuesta fue contundente. Le dijo que lo mejor era que renuncie.
Esa tarde de furia Massa habló con Axel Kicillof, Cristina y Máximo Kirchner, que lo llamó, muy enojado por lo que había hecho su socio político en el peronismo bonaerense. Había confusión y fastidio entrelazado. Le soltaron la mano a Insaurralde con la inmediatez necesaria para despegarse del conflicto y que sea el ex funcionario bonaerense el que pague la mayor parte del costo de su lujoso viaje con una modelo erótica. Así fue, aunque ahora tengan que convivir con la incertidumbre de cuál será el impacto real que tendrá en la elección.
En el búnker de Unión por la Patria (UP) creen que el escándalo de Insaurralde no generará el mismo daño que provocó la foto de la fiesta de Olivos en el 2021. La forma de controlar la crisis y el protagonista del conflicto – dos años atrás fue Alberto Fernández – marcan una diferencia respecto al presente. Confían en que el impacto real que tenga no será significativo y que la gente entienda que es un caso aislado.
Si bien el tema estuvo latente toda la semana, en el oficialismo advierten que ya “quedó viejo” para que los candidatos de la oposición lo utilicen en el debate presidencial de este domingo. Las respuestas ya están dadas. “Renunció a su cargo y a su candidatura. Todos dejaron en claro que lo que hizo es inadmisible. Ya está. No pueden tirarnos con eso”, indicaron en el entorno de Massa.
Confían en que el candidato de UP tendrá buenos resultados en el debate que se hará en la Facultad de Abogacía de la Ciudad de Buenos Aires. De los tres temas que se tratarán – Seguridad, Trabajo y producción, y Desarrollo humano, vivienda y protección del medio ambiente -, en los primeros dos Massa tiene una larga experiencia. Son temas de su agenda de campaña de la última década. Es su fuerte.
“Lo peor ya pasó”, reconocen en el búnker peronista respecto al cara a cara del debate. El eje que más preocupaba era el económico y quedó anclado en tierras santiagueñas. Sostienen que Massa salió airoso de los cuestionamientos que le hicieron los candidatos opositores y pudo dejar en claro sus propuestas. Advierten también que el debate de mañana lo ayudará a posicionarse en temas importantes para la gente. La seguridad y la generación empleo figuran en la lista de prioridades de los argentinos. Necesitan respuestas y propuestas.
En el peronismo sorprendió los 40 puntos de rating que tuvo el debate del último fin de semana. La gente lo miró y se interesó. ¿Se puede eso traducir en votos? No. Lo que está claro es que hay gente prestando atención. Aunque sea por unos minutos. No hay claridad sobre si se recuperan votos en el debate, pero es importante salir bien parado y evitar traspiés en las intervenciones.
Después del debate arrancará el sprint final de la campaña. Los últimos once días. Massa tiene proyectado viajar a Mendoza, San Juan y Entre Ríos, en búsqueda de votos del sector productivo, concentrado en el centro del país. Provincias en las que a Javier Milei le fue muy bien en las PASO y al peronismo le costó hacer pie.
En la provincia de Buenos Aires hará hincapié en los municipios de la primera y tercera sección electoral. Los más poblados y los que son determinantes en términos electorales, como es el caso de La Matanza, donde tiene pensado ir el próximo fin de semana. Además, viajaría a Bahía Blanca, uno de los distritos más grandes del interior bonaerense.
El viernes 13 de octubre el ministro de Economía tiene agendado viajar a Santa Cruz, la tierra K. Aún no se sabe si Máximo Kirchner lo acompañará, pero lo seguro es que será recibido por la gobernadora Alicia Kirchner. Según las encuestas que manejan en el búnker, Massa mide cerca de 38 puntos en esa provincia, por lo que es importante reforzar su presencia en el territorio.
En la etapa final también se volcará a hacer alguna participación en streaming en los canales más populares. Es una forma de tratar de llegar al público más joven, aunque en el oficialismo saben que es complejo entrar con el mensaje en ese universo, capturado por el fenómeno libertario que ya está muy instalado en las redes sociales.
Tal es así, que dentro del espacio político asumen que el fuerte de la campaña en este tiempo debe ser el territorio. “Es lo que el peronismo siempre supo hacer y lo distingue”, indicaron. Hace pocos días Máximo Kirchner fue categórico respecto a la necesidad de visitar a la gente. “El tik tok está bueno. Pero nos hace falta más toc toc”, sostuvo, haciendo referencia a golpear las puertas de los vecinos.
Aún no está definido cuando será el cierre de la campaña. Una posibilidad es que sea el martes 17 de octubre, día de la lealtad peronista. Una fecha mística en el calendario oficialista. La principal opción que se maneja es hacerlo en Avellaneda, aunque aún no está definido. La agenda de campaña es dinámica y sufre modificaciones permanentes.
Unión por la Patria y Sergio Massa afrontan los últimos días de la campaña con la convicción, y los números, de que entrarán en el balotaje. No quieren proyectar todavía ese hipotético mano a mano con Milei, pero creen que, si se da, la gente tendrá que decidir, por última vez, quién está en condiciones de gobernar. Otra vez plantearán la inviabilidad del proyecto libertario y la estabilidad de plan peronismo. “Massa o el abismo”, suelen decir. Pero para eso falta. Deben ir partido a partido, como en el fútbol.