En el comando de campaña de la calle Mitre, donde Sergio Massa y Malena Galmarini hacen y deshacen al ritmo de una frenética carrera electoral hacia el 22 de octubre, se escuchan todo tipo de análisis, reciben encuestas, consejos de campaña, y deciden y moldean sus futuros en la política nacional.
A simple vista no parece una tarea sencilla a juzgar por las recientes derrotas electorales del oficialismo en Santa Fe y en Chaco, pero las encuestas en las que quieren creer en el búnker de Massa indican que Milei lidera con un 36%, Massa alcanza el 33% y Bullrich aparece retrasada y logra un 23% de voluntades.
Encuestas que de método científico tienen poco y nada y mucho de manipulación, pero a partir de esta y de otros relevamientos que lo ubican merodeando el 30% de los votos, Sergio Massa construye su candidatura que tiene como socio principal a Máximo Kirchner.
¿Quiénes se anotan como la “nueva cara” del peronismo?
Un dirigente político, que ha comenzado a dejar atrás la escasa locuacidad con el periodismo, a pesar de tener claros conceptos acerca de la realidad nacional y que aún registra algún resquemor por la negativa de Axel Kicillof de no aceptar la precandidatura presidencial de Unión por la Patria e intentar, en cambio, la reelección a la gobernación bonaerense.
Massa, 51 años, “Wado” De Pedro, 46 años, al igual que Máximo Kirchner, dirigentes de mediana edad, que estuvieron ubicados detrás de Cristina Kirchner en el acto del pasado 25 de Mayo, en la Plaza de Mayo, donde la vicepresidente habló de “bastones de mando” y la responsabilidad que tiene cada peronista.
En ese sentido habría que interpretar la frase de Sergio Massa “..arriba no hay nadie” cuando fue entrevistado en la televisión pública y consultado por la conducción del peronismo denotando que, si hay un futuro para el partido fundado por Juan Perón, pasará por estos dirigentes nacidos entre los ‘70 y ‘80 del siglo pasado.
Teniendo en cuenta lo último, Massa se relaja. Para calmar la ansiedad fuma. Unos cigarritos muy “pitucos”, holandeses, de la marca Café Creme, sabor Blue, como el dólar ilegal. Son sus momentos de relax antes de embarcarse en un viaje a alguna provincia para hacer campaña o realizar algún anuncio económico de última hora.
El FMI postergó preocupaciones en UxP: ¿alcanzará?
Los momentos de tensión más álgidos los vivió los días anteriores al cierre de un nuevo acuerdo con el FMI.
Conversaciones cruzadas con funcionarios de la administración demócrata de Joe Biden y resistencias de burócratas del FMI sumada a la arriesgada jugada, que salió bien, de solicitar un “crédito puente” a la Corporación Andina de Fomento (CAF) y al Estado de Qatar, que se convirtieron en prestamistas de última instancia, a pesar de los reclamos de Mauricio Macri al jeque qatarí, según comentaron los asesores del ministro-candidato, lograron ordenar la escudería de Unión por la Patria que lucía desunida tras salir terceros en las elecciones PASO del 13 de agosto.
Para los que están cerca de Sergio Massa “después del acuerdo con el FMI, tenemos un programa y un candidato sólido” y de allí la explicación del crecimiento del candidato oficial en las últimas encuestas a pesar de los efectos negativos de la reciente devaluación monetaria que Massa intenta aplacar con planes que sostengan la actividad económica.
Inflación y recesión forman un combo imbatible para perder cualquier elección, sin importar el nombre del candidato que se proponga.
En ese sentido, Massa sabe que “la gente está enojada”. Y que hay muchos peronistas que votaron a Néstor, a Cristina y, hasta a Alberto, que en las últimas elecciones no fueron a votar. No los sacaron de la cama, el domingo de elecciones, por la bronca que tienen.
En las oficinas de Unión por la Patria van por ellos. Casi como una copia de los “timbreos” de Cambiemos cinco años atrás cuando los candidatos de Macri, Vidal y Larreta recorrían los barrios golpeando las puertas de los votantes, en el oficialismo entienden que deben ir a convencer a aquellos que no fueron a votar porque están desencantados y omiten endilgarle la culpa a la actitud de algunos intendentes peronistas que ganaron en sus distritos acompañados por Javier Milei como candidato presidencial.
En el búnker de Massa y de Máximo Kirchner son concluyentes. “Los intendentes jugaron bien”, y la afirmación se sustenta en la historia y en los resultados analizados.
“El sistema electoral funciono bien y así como ganó Milei en algunos distritos electorales, en el pasado, y durante las presidencias kirchneristas, ganaron De Narváez y María Eugenia Vidal”.
La explicación del corte de boleta a favor de un intendente sin importar el tramo presidencial no influyó en el resultado final de la elección lo que existe son desencantados que no fueron a votar. “A ellos hay que ir a buscar”, afirman convencidos cerca de Máximo Kirchner.
En Casa Rosada, donde el ministro del Interior, “Wado” De Pedro, dirige formalmente la campaña y se inmiscuye en el día a día de la recaudación desde Balcarce 50, tienen una explicación más intimista y poco racional, más sentimental que alejada de los análisis estadísticos de las encuestas.
El peronismo, optimista tras la derrota en las PASO
Se suele explicar que “…para el peronismo fue preferible salir terceros en la PASO, porque ese resultado toca una fibra entre los votantes peronistas que los llaman a despertarse y a sacudirse los malos resultados”.
Con ese comentario entienden: “Ahora podemos salir primeros incluso por delante de Javier Milei y dirimir en un balotaje con el economista liberal”. En definitiva, es el escenario en el que piensa Sergio Massa, el de polarización en un eventual balotaje, mientras sostiene una elección de tercios en los comicios generales de octubre.
Porque necesita que el camino electoral hacia el 22 de octubre sea un escenario donde los tres principales candidatos tengan posibilidades de coronar. Para ello, no es bueno que la candidatura de Patricia Bullrich se caiga en los sondeos de opinión antes de las generales.
Triunfo de Milei en primera vuelta: tema tabú para Massa y el peronismo
Desde luego, Milei vencedor en una primera vuelta podría terminar con todos los planes diseñados en el búnker de Unión por la Patria.
Pero ese es tema tabú. Cuando se le consulta a Massa acerca de esta cuestión o a quién votaría si no llegara a ingresar al balotaje y la definición fuera entre Milei y Bullrich, el ministro de economía no toma en cuenta esas hipótesis electorales y para él es irremediable que su fuerza estará en el balotaje.
Para Massa, en el balotaje será “a matar o morir” con Javier Milei, con quien ya polariza desde los spots de campaña.
Y, para ello, espera con ansias la implosión de Juntos por el Cambio para abrazar a aquellos que fueron descriptos como “palomas” dentro de la coalición opositora y que podría redundar en recibir los apoyos de dirigentes de la UCR, el socialismo, y de dirigentes moderados que, hoy, ven y piensan a Javier Milei, como un peligro para la democracia.
En ese hipotético escenario los “halcones” del PRO irían hacia las costas de Milei aunque en el búnker de Unión por la Patria, murmuran con malicia, “….que vayan, igualmente, la mayoría de las listas de Milei en las provincias y en casi todos lados se las armamos nosotros”.