En el búnker opositor hubo abrazos, palmadas de aliento y un sinfín de saludos incómodos; la candidata de Juntos por el Cambio cuestionó el “plan platita” de Massa
La llegada de Patricia Bullrich al búnker de Juntos por el Cambio marcó el comienzo del fin. Fue alrededor de las 21 y lo primero que hizo fue recluirse en una habitación privada del salón de eventos Goldencenter del predio de Parque Norte. Allí hubo abrazos, palmadas de aliento y un sinfín de saludos incómodos. Ninguno de los dirigentes del espacio opositor podía disimular los resultados adversos que llegaban de los boca de urna.
Para cambiar el humor, un puñado de militantes festejó pasadas las 21 los resultados de Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires. Hicieron pogo y se abrazaron entre sí. Sin embargo, ni siquiera en la Capital, bastión del Pro, se aseguraban para ese momento una victoria sin ballottage. Minutos después, el candidato a jefe de Gobierno se paró frente al escenario y le habló a una militancia de capa caída.
A su turno, Bullrich comenzó su exposición haciendo referencia a su derrota. “No conseguimos los resultados que queríamos”, dijo, mientras que subrayó: “Hace años que la Argentina se hunde en la decadencia y no voy a renunciar a mis convicciones”. Visiblemente afectada, la candidata presidencial de Juntos por el Cambio reforzó las banderas que levantó durante la campaña y sentenció: “Hemos tenido buenos y malos momentos, pero jamás vamos a ser cómplices del populismo de la Argentina, ni de las mafias que destruyeron este país. Desde el lugar que me toque, no me voy a rendir nunca”. La acompañaban en el escenario su compañero de fórmula, Luis Petri; Horacio Rodríguez Larreta, su exrival en la interna; María Eugenia Vidal y el expresidente Mauricio Macri, quien no despegaba la vista del piso. También reapareció Elisa Carrió, ausente de la campaña.
“Importa siempre el camino. Hace años que la Argentina está en decadencia. Nunca vamos a ser cómplices del populismo ni de las mafias que destruyeron este país. No me voy a rendir nunca”, dijo, en un mensaje que puede interpretarse sobre su rol en el ballottage entre Massa y Milei.
Para alentarla, Damián Arabia, candidato a diputado y uno de los colaboradores más cercanos de la exministra, arengaba con un micrófono a la multitud reunida en el centro de convenciones Goldencenter al ritmo de “Patricia, Patricia”. Las caras de tristeza eran parte del paisaje. Y no es para menos: Juntos por el Cambio sufrió un derrumbe que pone en duda la continuidad de la coalición opositora.
Como parte del esquema organizativo dentro del bunker opositor, uno de los primeros en hablar frente a la prensa fue Fernando De Andreis, jefe de campaña de Jorge Macri. Además de destacar la buena elección del candidato a jefe de Gobierno en la Capital Federal, resaltó: “La elección de Patricia en la ciudad de Buenos Aires ha sido muy buena”. Lo cosechado en el bastión de Pro no le alcanzó.
Este mediodía, Bullrich contó que recibió muchos saludos, entre ellos, el del expresidente Mauricio Macri y el de su exrival en la interna, Horacio Rodríguez Larreta. “Me siento bien. Me imagino festejando”, reflexionó al salir de la Sociedad Rural. Los resultados oficiales le quitaron la esperanza.
