El director logra superarse a sí mismo en un relato épico de 2 horas y 40 minutos que, desde la ficción, lanza un reproche directo a las medidas anti-inmigratorias del gobierno de Trump.
La nueva película de Paul Thomas Anderson, Una batalla tras otra, es aclamada como una obra monumental que establece al director como uno de los grandes de la cinematografía contemporánea. El filme narra la historia épica de Bob Ferguson, un ex-miembro de un grupo revolucionario (“el 75 francés”) que busca vivir tranquilamente, pero es alcanzado por su pasado. La obra se destaca por su crítica política a las medidas anti-inmigratorias y un conjunto de actuaciones brillantes, lideradas por Leonardo DiCaprio y Sean Penn.
Crónica
Resulta increíble cómo en una carrera compuesta por obras maestras como El hilo invisible, Magnolia o Pozos de ambición aún haya espacio para seguir creciendo como creador. Pero eso es lo que hace Paul Thomas Anderson con Una batalla tras otra, al estrenar una aventura épica que regala al espectador escenas y personajes que son iconos instantáneos.
La historia se centra en Bob Ferguson, un hombre que trata de vivir tranquilamente con su hija adolescente en la América profunda. Su pasado, sin embargo, es incontrolable: Bob fue miembro de “el 75 francés”, un grupo revolucionario y violento que actuó a comienzos de los 2000 para terminar con políticas de derechas. A pesar de que el grupo está disuelto, los fantasmas de su pasado regresarán para quitarle lo que más quiere.
Es, además, una historia que, sin ser política, critica abiertamente al gobierno de Trump en Estados Unidos y a sus sucedáneos en otros países. El director lanza un reproche directo a las medidas anti-inmigratorias desde la ficción.
Un relato y un reparto en estado de gracia
Una batalla tras otra es un relato impecablemente narrado que te mantiene alerta a lo largo de sus dos horas y 40 minutos. El disfrute es constante gracias a la creación de personajes que funcionan como piezas de un mosaico espectacular. La película cuenta con una retahíla de secundarios muy particulares, como las monjas cultivadoras de marihuana, la guerrillera embarazada y el magnífico sensei interpretado por Benicio del Toro.
Por encima de todos, brillan los protagonistas: Leonardo DiCaprio firma un papel vulnerable y digno como padre angustiado. Sean Penn, por su parte, interpreta al gran villano, el coronel Steven J. Lockjaw, con un conjunto de gestos y peculiaridades tan bien afinados que se come la pantalla. Junto a ellos, Teyana Taylor y la joven Chase Infiniti logran darle al reparto un increíble estado de gracia, confirmando a Paul Thomas Anderson como uno de los grandes cineastas contemporáneos.