jueves
noviembre, 21

Segundo debate presidencial, ¿quién ganó?: Bullrich más punzante, Milei fiel al personaje y Massa a la defensiva

El último debate presidencial antes de las elecciones generales fue una demostración de que, más allá de las interpretaciones, las PASO de agosto dejaron un triple empate con final abierto. Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa protagonizaron una disputa mucho más áspera que la primera, con el fin de dejar claro el tono y el perfil de su propuesta para los últimos 15 días que quedan hasta el domingo de la verdad.

El juego de la polarización que el candidato oficialista y su par de La Libertad Avanza pusieron en práctica después de las PASO y llevaron al debate de Santiago del Estero obligaba a Bullrich a buscar el protagonismo en este segundo encuentro que se realizó en la Facultad de Derecho de la UBA y pareció lograrlo con críticas dirigidas a los puntos más débiles de Massa y Milei.

La candidata de Juntos por el Cambio atacó más de lo que propuso en términos concretos y usó principalmente los derechos a réplica y la ronda de preguntas cruzadas para pegarle a Massa con la “corrupción kirchnerista” y la crisis económica, y a Milei con la “dolarización con salarios de hambre” y la “venta libre de armas”, entre otras.

El libertario que viene de ganar las PASO intentó ser filoso con la ex ministra de Seguridad, pero finalmente apostó por volver a mostrar el perfil que lo hizo famoso en los estudios de televisión y que, si bien expuso nuevamente su carácter irascible, es en definitiva el que lo llevó a donde está hoy y le permitió sorprender a todos el pasado 13 de agosto.

Así, Milei trató de ir a lo seguro y lo mismo hizo Massa. El candidato de Unión por la Patria y ministro de Economía buscó mantenerse siempre en el eje e insistir en lanzar propuestas como la creación de un “un FBI argentino”, pero a diferencia del debate anterior quedó más a la defensiva ante los dardos certeros que le lanzó Bullrich especialmente a su gestión y al oficialismo en general y hasta fue dejado en off side por Myriam Bregman, del Frente de Izquierda.

Debate presidencial: Bullrich y la pelea por la centralidad contra Milei y Massa

Los ganadores y perdedores de un debate presidencial que, en general, tiene poca influencia en la decisión del electorado que ya votó una vez este año son muy relativos, pero Bullrich fue la que salió mejor parada por haber conseguido exactamente lo que fue a buscar: tomar el centro de la escena para pegarle al oficialismo y desarmar a la oferta libertaria de la oposición.

Confiada en el eje temático de Seguridad, Bullrich intentó sacar la chapa de ex ministra que la catapultó desde el gobierno de Mauricio Macri hasta este debate. Prometió entrar a la ciudad de Rosario a combatir al narcotráfico “si hace falta con las Fuerzas Armadas” y bajar la edad de imputabilidad a los 14 años.

Aprovechó el bloque para diferenciarse del oficialismo que “libera presos y les dan celulares en las cárceles”, según dijo, y también de “Milei que quiere liberar las armas” que finalmente “caen en manos de los delincuentes”. El libertario la acusó de “mentir” y Massa de eliminar durante su gestión los inhibidores de señal de las cárceles de Rosario.

Si bien Massa y Milei trataron de arrinconarla (el libertario apeló a una revelación de Massa sobre una supuesta reunión suya con Carlos Melconian, eventual ministro de Economía de Bullrich) la referente de Juntos por el Cambio usó todos los bloques temáticos y los derechos a réplica posibles para el ataque directo y para dejar bien dibujado el perfil de su candidatura: contra el kirchnerismo, mejor ella que Milei.

La dirigente logró poner a Massa a la defensiva con el caso Insaurralde y lo atacó con episodios como los bolsos de Julio López y los “hoteles de los Kirchner”. “¿Cuándo van a dejar de afanar?”, fue la pregunta que le lanzó en un cruce al ministro, a quien también chicaneó con que “los ñoquis de La Cámpora ahora pasan a planta permanente” y le criticó la gestión con un “dólar a mil mangos” y “dos millones y medio más de pobres”.

“Dijiste que venías a sacar las papas del fuego y nos hiciste puré”, disparó Bullrich contra Massa, con la misma puntería con la que le lanzó a Milei: “Tenes a todos los chorros de Massa en las listas, ¿creés que vas a cambiar algo?”. La referente del PRO no se quedó ahí: le reprochó su idea sobre la “venta de órganos”, lo acusó de preparar “un plan Bonex” y fue un paso mas allá: “Le decís mogólicos a los que no piensan como vos”.

¿Le conviene a Milei recuperar el “personaje” pre PASO?: lo que mostró en el debate 

Milei fue más agresivo con Bullrich que con Massa, a quien el comentario más duro que le arrojó fue referido a los sospechados vínculos entre el kirchnerismo e Irán, en el marco del reciente ataque contra Israel, pero con ello hasta el dio la oportunidad al ministro de Economía de despegarse de esa mirada sobre el oficialismo y prometer que si es elegido declarará a la agrupación Hamas como “terrorista”.

En cambio, a la candidata de Juntos por el Cambio llegó a tratarla de “montonera asesina”. Y es que las críticas y cuestionamientos que le lanzó Bullrich a lo largo del debate lo incomodaron especialmente en la ronda de preguntas cruzadas, donde se trabó un poco al tratar de defender su alianza con el sindicalista Luis Barrionuevo, por ejemplo.

El candidato de La Libertad Avanza no se lució en ninguno de los bloques temáticos con ideas o propuestas novedosas. En cambio, brindó explicaciones con el tono profesor mezclado con crítico feroz de una “casta política” causante de todos los problemas que lo caracterizó durante sus años como panelista invitado a los programas de televisión.

A diferencia del debate anterior, donde se cuidó un poco más, Milei volvió al tono elevado y agresivo que por momentos se vuelve burlón, como cuando criticó a Bregman por defender la reducción de la jornada laboral como mecanismo para generar más empleo (“Maravilloso, ¿por qué no la llevamos a una hora? Va a haber empleo para todos”) muestra el flanco más débil de Milei: un temperamento inestable.

Sin embargo, no se puede perder de vista que ese “personaje” construido durante los últimos 6 o 7 años en las redes sociales y los estudios de televisión fue el que terminó por convertirlo en la revelación de estas elecciones al imponerse por un escaso margen en las PASO de agosto. De esta forma, Milei pareció ir a lo seguro.

Lo mostró con claridad en sus palabras de cierre, cuando apeló al discurso que toca una fibra sensible del electorado: el malestar general con la política por la marcha del país. “Este debate como el anterior termina siendo una pantomima irritante. Los políticos que hace 40 años se enriquecen se citan en televisión para explicar cómo van a solucionar los problemas que ellos mismo han causado”, lanzó el libertario.

De esta manera, empieza a tratar de recuperar el estilo que lo llevó a una victoria, ajustada, pero victoria al fin, en las PASO, antes de la “moderación” o la “racionalidad” que su equipo de campaña le empezó a poner luego de aquel resultado sorpresivo.

Massa, a la defensiva y en “off side”: ¿cuál fue el paso en falso del ministro-candidato?

Massa fue el que menos arriesgó. Se apegó al plan de presentar propuestas como la creación de una agencia federal que intentará emular al FBI y poner su gestión pasada en Tigre como en materia de seguridad como ejemplo de lo que puede hacer a nivel nacional, al tiempo que trató de defenderse en materia económica y de producción con las recientes medidas de devolución del IVA y eliminación del Impuesto a las Ganancias para empleados.

El candidato de Unión por la Patria volvió a plantear su idea de armar un “gobierno de unidad nacional” si llega a la Presidencia y a presentarse como la cabeza de una “etapa nueva” del peronismo como oficialismo, en una muestra de que no le sobra nada de cara a octubre cuando la oposición lo cerca con críticas por la economía y por escándalos como el de Insaurralde.

Massa intentó polarizar con Milei pero tuvo menos éxito que en el debate anterior. El punto más alto en este sentido quiso conseguirlo después de la burla del libertario a Bregman: “Javier hasta acá llegaste, dejá de faltarle el respeto a las mujeres (…) muestra tu rasgo autoritario”. Sin embargo, Bullrich también le pegó al economista por ese costado y, de pasada, le retrucó al ministro: “No necesitamos que nos defiendas, nos defendemos solitas”.

Si bien evitó entrar en el cambio de chicanas, se vio forzado por la insistencia de Bullrich en hablar de la “corrupción kirchnerista” y, tras la agresiva pregunta de la candidata sobre “cuándo van a dejar de afanar”, se despachó: “Ser vulgar o hablar canyengue no te va a hacer ganar la elección (…) no alcanza para corregir la mala performance electoral que estás haciendo”.

Sin embargo, el candidato oficialista tuvo un desliz notable cuando le recordó a Bregman que el Frente de Izquierda votó varias leyes con el oficialismo y le preguntó: “¿De verdad para vos es lo mismo Milei que nosotros?”. Massa mostró así su interés por atraer a votantes de izquierda (o retener a los que eligieron a Juan Grabois en las PASO) pero salió mal parado.

La respuesta de la candidata del Frente de Izquierda fue lapidaria: lo acusó directamente de “armarle las listas a Milei”, dijo que cuando llama “a la unidad nacional” se “olvida” de la izquierda y, mirando a cámara (a los votantes), lanzó: “Si querés enfrentar a la derecha votá a la izquierda, porque ellos ya gobernaron y fracasaron y ahora le arman las listas”. Tras ello, Bregman remató: “No estamos en un balotaje Sergio, no te apures”.

Bregman y Schiaretti: el rol de los relegados y la encerrona a Massa 

Bregman dejó en off side a Massa con esa respuesta, mientras que el candidato de Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti, hizo su parte cuando, apegado a su libreto de gobernador de Córdoba que quiere llevar su modelo de gestión a todo el país, metió al ministro en un cruce por un tema tan técnico y ajeno al electorado nacional como es la caja previsional de Córdoba. Fue, quizás, el único que logró correr al oficialista de su eje.

Tanto Bregman como Schiaretti saben que corren de atrás en la carrera presidencial y por ello ambos mantuvieron el mismo perfil que mostraron en el debate anterior. El cordobés volvió a pararse como el único candidato que representa al interior del país y cuestiona los beneficios del AMBA y la diputada como la mejor opción para enfrentar al statu quo y “a la derecha” de Milei.

“Cuando Milei te habla en difícil lo hace para ocultar el verdadero plan: indemnizaciones ‘afuera’, licencias ‘afuera’, aguinaldo ‘afuera’”, lanzó Bregman mientras imitaba al candidato de La Libertad Avanza en un video que se viralizó sobre el recorte que haría en el Estado. Así cruzó al libertario cuando empezó a hablar como un catedrático sobre “acumulación de capital” para lograr “crecimiento económico”.

La candidata de la izquierda también recordó el caso de Santiago Maldonado para salir al cruce de Bullrich, a quien además la acusó de haber “defendido a los policías de gatillo fácil”, mientras que cuestionó a Massa al sostener que “detrás del gobierno de unidad nacional” que propone está el interés porque las empresas “saqueen” recursos naturales como el litio en Jujuy.

Quién ganó más en el debate

El contraste que mostró Bullrich en este debate respecto del anterior le permiten mostrarse como la “ganadora” del segundo encuentro. Y es que, a fuerza de críticas punzantes y chicanas a sus principales rivales, pudo definir mejor el perfil de su candidatura, afectada en los últimos meses por la interna con Horacio Rodríguez Larreta y luego por el despegue de Milei, y sacudir el debate.

Por efecto del protagonismo que logró la candidata de Juntos por el Cambio, Massa y Milei casi que se pelearon por la medalla de plata. El libertario pareció quedársela sobre el final del debate, aunque pareció salir bastante golpeado: entre todos los candidatos expusieron cada punto flojo de su discurso pasado y presente.

De cualquier manera, solo las elecciones del 22 de octubre determinarán si el debate influyó mucho, poco o nada en la decisión de los votantes. Los ganadores y perdedores de verdad se verán esa noche en las urnas, cuando también se definirá aquello que motiva a los tres favoritos de las PASO: si hay balotaje y quiénes entrarán.

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