La posibilidad de que la administración de Donald Trump impulse una política global de dolarización en países aliados ha colocado a Argentina en el centro de un debate que combina economía y geopolítica. Expertos locales advierten que el plan, ideado para reafirmar la hegemonía del dólar y limitar la influencia de China, es inviable en el corto plazo si Washington no provee el respaldo financiero necesario para la Casa Blanca.
La economía argentina ya no solo se discute en el Congreso o en el Banco Central; la suerte del peso se ha convertido en una pieza clave en la guerra fría comercial que se libra entre Estados Unidos y China. Según reportes internacionales, la administración de Donald Trump analiza cómo fomentar el uso del billete verde en economías extranjeras como parte de una estrategia para frenar el avance de Beijing en los mercados emergentes.
Argentina figura entre los “candidatos ideales” para este plan, junto a naciones como Líbano, Pakistán y Turquía. El argumento es doble: la dolarización serviría para estabilizar mercados volátiles y, crucialmente, reforzar lazos con gobiernos afines a Washington, entre ellos el de Javier Milei, quien desde su campaña promueve la adopción del dólar.
Puntos Clave
- Eje Geopolítico: El interés de Trump es visto como un movimiento coherente para reafirmar la hegemonía del dólar y mitigar el avance de China, reduciendo el riesgo de devaluación en países con vínculos estrechos con Washington.
- Doble Riesgo para Argentina: La economía argentina ya opera como bimonetaria, pero una dolarización formal exigiría disciplina fiscal extrema y reservas internacionales robustas, condiciones que hoy no se cumplen.
- La Advertencia de los Dólares Faltantes: Analistas locales se muestran profundamente escépticos, advirtiendo que el plan implicaría que Estados Unidos debería aportar los dólares necesarios para cubrir los pasivos financieros del Banco Central, una suma que ronda los u$s20.000 millones. Este respaldo financiero masivo se considera inalcanzable.
- Riesgos de Soberanía: Expertos señalan que este sería un proceso “guiado por EE. UU.”, lo que traería beneficios financieros, pero también “riesgos estratégicos en términos de soberanía y dependencia”.
- Erosión Global: Paradójicamente, mientras el peso se debilita, el poder del dólar a nivel internacional también se erosiona (el índice DXY muestra una caída del 8% en el último año), lo que plantea interrogantes sobre la estabilidad de una dependencia absoluta.
El Mercado se cubre ante la especulación
Más allá de la viabilidad política, la discusión genera movimientos en los mercados. Ante el riesgo de una dolarización o de una mayor depreciación global del dólar, los inversores buscan refugios.
Los analistas financieros coinciden en que no existen sustitutos perfectos del dólar, pero recomiendan armar portafolios globales diversificados y mirar activos que actúen como cobertura, como los CEDEARs del oro (GLD), la plata (SLV) o incluso Bitcoin (IBIT). La clave, sostienen, no es apostar a una divisa, sino proteger el poder de compra relativo de los activos.
La idea de una “exportación del dólar” entusiasma a algunos sectores, pero la realidad económica argentina impone un fuerte escepticismo. El peso podría seguir un camino de estabilización con apoyo externo, pero la transición formal al dólar requeriría una inyección financiera que Washington, por el momento, no parece dispuesto a destinar.




