La “salida elegante” del expresidente se dará a través de una licencia, pero en los hechos el peronismo busca iniciar una reconstrucción tras la frustrante experiencia del Frente de Todos
El regreso de Alberto Fernández al llano de la política será completo. Al escándalo de los seguros contratados durante su administración, que lo obligó a romper el silencio que se había autoimpuesto desde que dejó la Casa Rosada, se suma ahora su “salida elegante” de la presidencia del Partido Justicialista (PJ), a través de una licencia que, en rigor, enmascara el inicio de un proceso de reconstrucción de la fuerza tras la frustrante experiencia del Frente de Todos.
Fernández, que según pudo saber LA NACION regresará mañana al país tras una visita a México, será reemplazado en la conducción partidaria por una Comisión de Acción Política cuyos integrantes serán designados en un Congreso convocado para el próximo 22 de marzo por el titular del organismo, el gobernador formoseño Gildo Insfrán.
La conducción de Fernández al frente del PJ quedó cuestionada internamente desde el año pasado, cuando una alianza entre la exvicepresidenta Cristina Kirchner y el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, bloqueó el proyecto reeleccionista de Fernández, que debió cerrar su ciclo al frente del gobierno sin la posibilidad de competir por un nuevo mandato.
En la nueva etapa que se abrió con el desembarco del libertario Javier Milei en la Casa Rosada, el PJ nacional buscará potenciar un perfil abiertamente opositor, con protagonismo de los sindicatos nucleados en la CGT, de los gobernadores como el bonaerense Axel Kicillof, que ya se plantó como un antagonista del Presidente; y de los legisladores que se opusieron a la primera versión de la Ley de Bases y se encaminan a rechazarla también en su nueva versión.
De ahí que la integración de la Comisión de Acción Política seguramente sumará a dirigentes de estos tres estamentos del PJ, anticiparon fuentes partidarias. En su convocatoria al congreso interno, el formoseño Insfrán habló de la existencia de “un escenario de gravedad social e institucional que atraviesa nuestro país como consecuencia de las políticas de ajuste ejercidas por el actual gobierno”.
El pedido de licencia de Alberto Fernández al PJ nacional se gestó dos semanas atrás en una cumbre reservada en la sede histórica de la calle Matheu, a la que asistieron el propio Insfrán, el gobernador Kicillof, el senador tucumano Juan Manzur, el exministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, la funcionaria bonaerense Cristina Alvarez Rodríguez, el diputado Santiago Cafiero y el extitular del partido José Luis Gioja.
El inicio del rearmado interno del PJ coincide también con la reaparición de la expresidenta Cristina Kirchner, quien se instaló en la sede del Instituto Patria -donde mantiene reuniones periódicas con dirigentes y economistas- y con la resistencia de Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense, pese a que sectores internos quisieran desplazarlo al igual que a Alberto Fernández.
Por cuerda paralela, también el Frente Renovador massista inició su propia reconfiguración interna, con un encuentro partidario el fin de semana en la ciudad bonaerense de Roque Pérez, de donde surgió la convocatoria a un congreso de la fuerza para el 22 de marzo, la misma fecha que acaba de poner el PJ nacional.
Ese día, los congresales del Partido Justicialista deberán pronunciarse sobre el pedido de licencia de Fernández. En caso de que se mantenga su “salida elegante”, la aprobarán, aunque si los ánimos internos con el expresidente no fueran los más cordiales, entonces directamente avanzarán con su destitución para iniciar una nueva etapa.
Por lo pronto, Fernández regresará mañana al país tras una visita a México, donde hoy se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien fue aliado durante su presidencia. “Intercambiamos ideas y visiones sobre el presente y el futuro de nuestros países y de nuestra amada Latinoamérica”, sostuvo el expresidente en sus redes sociales.
