domingo, abril 28, 2024

Entre el riesgo de cogobernar y el ansia de seducir el voto duro, Vidal y Carrió amenazan con reclamar la presidencia de la Cámara baja. Dudas PRO. La UCR mide.

El impacto del resultado de las PASO todavía no llegó a sentirse en su totalidad dentro del Congreso. La victoria de Juntos por el Cambio (JxC) en 17 distritos no solo se transformó en una bocanada de aire fresco para la coalición opositora. También entusiasmó a la Coalición Cívica y a un sector del PRO a reclamar la presidencia de la Cámara de Diputados ante la posibilidad de que la alianza opositora se transforme en primera minoría si aumenta la cosecha de votos en las generales del 14 de noviembre. En medio de esas especulaciones, la Cámara baja volverá a sesionar el martes próximo con presencialidad plena luego de casi dos años de trabajar con un protocolo de funcionamiento remoto por la pandemia.

La titular del PRO, Patricia Bullrich, tiró el primer antecedente para disputar el liderazgo del oficialismo en los dos recintos del Congreso. Trabaja desde la noche del 12 de septiembre para sumar votos en las ocho provincias que eligen senadores este año. En cada uno de esos territorios dirá que apunta a quitarle el quórum propio al Frente de Todos en la Cámara alta. La arenga le resulta muy útil en este tramo de la campaña para aglutinar al voto más antiperonista. Con esa misma lógica, en Diputados comenzó a crecer la idea de reclamar la titularidad de la Cámara baja que ocupa Sergio Massa desde diciembre de 2019.

Una de las más interesadas en promover el reemplazo del tigrense es la fundadora de la Coalición Cívica Elisa Carrió. Desde el miércoles sumó a la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. Un día antes del reinicio de la campaña porteña, la primera candidata a diputada nacional puso su firma. “Ahora la oportunidad es frenar el quórum (del Frente de Todos) en ambas cámaras y tener la presidencia de la Cámara de Diputados. Eso hace la diferencia. Y ninguna otra fuerza política que no sea Juntos por el Cambio lo puede lograr en esta elección”, disparó Vidal en una entrevista en la red social twich.

Pocas horas después, el titular del bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, lanzó una serie de definiciones por Twitter para darle volumen de alternativa. “Que JxC presida la Cámara de Diputados es posible, deseable, democrático y republicano. Es posible, porque si el 14/11 aumenta un poco su caudal electoral, el bloque de JxC será la primera minoría (quien sabe mayoría) y eso posibilita presidir la Cámara”, aseguró el diputado.

Opinó que “es democrático”, porque “la composición del Congreso y la presidencia de Diputados serían el fruto del resultado de una elección libre y disputada de mitad de mandato”. “Que alguna de las cámaras de Congreso no coincida con el partido de gobierno es una posibilidad que siempre previó nuestra Constitución Nacional”, completó López y desató la polémica dentro del interbloque opositor, donde convive con el radical Mario Negri y con el macrista Cristian Ritondo.

La ofensiva despertó otro viejo interrogante que no retumba en la Cámara baja desde que Fernando de la Rúa huyó de la Casa Rosada luego de la crisis del 19 y 20 de diciembre de 2001. Se fue luego de declarar el Estado de Sitio y habilitar una brutal represión que dejó 39 muertos en todo el país. Tras la renuncia la Asamblea Legislativa, eligió al entonces gobernador puntano Adolfo Rodriguez Saá que dejó el Ejecutivo 10 días después. Fue reemplazado por el peronista Eduardo Camaño, que había sido elegido presidente de la Cámara baja veinte días antes y estuvo a cargo del Ejecutivo entre el 30 de diciembre de 2001 y el 2 de enero de 2002. Fue la última vez que el peronismo disputó la presidencia de la cámara con un gobierno de distinto signo político.

Los costos de ese cogobierno involuntario fueron enormes para el PJ y surgieron de la decisión de capitalizar la primera minoría que tenía en la Cámara baja. Eso fue posible porque el reglamento sostiene que el titular del cuerpo se elige por “pluralidad de votos”. No define que el cargo le corresponde a la primera minoría, como ahora aseguran algunos diputados y diputadas de JxC. Así como Camaño fue elegido el 5 de diciembre de 2001, por una sumatoria de votos que lo ungieron titular del cuerpo hasta fines de 2005, lo mismo pasó diez años después, en 2015, con el macrista Emilio Monzó que fue elegido con el apoyo de los escaños del Frente para la Victoria.

En el radicalismo no hubo pronunciamientos públicos, pero Negri es una de las autoridades parlamentarias que consideran a la idea como una “quimera”, a la vez que cree que es una buena táctica para sumar votos en medio de la polarización. Luego de las expresiones de Vidal también reina el silencio en el entorno de Ritondo, pero cuando comenzaron a circular las primeras versiones el titular del bloque macrista tomó distancia de ese operativo.

Los más duros del bloque como Fernando Iglesias o el mendocino Omar De Marchi adhieren a la idea, pero además de Ritondo tampoco hay adhesiones entre los diputados que se referencian en Monzó que ahora recorre la provincia como candidato a diputado. Ahora que surgió la iniciativa impulsada por Carrió y Vidal, algunos integrantes del peronismo parlamentario consideran la movida como “una canallada promovida por los desmemoriados de siempre”. Otros van más allá y recuerdan que en la provincia de Buenos Aires fue Massa a través del Frente Renovador uno de los que le posibilitaron a Vidal contar con los votos necesarios en las dos cámaras de la Legislatura bonaerense.

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