En el PRO debaten si hay que cambiar de la bancada para contener a los díscolos y sumar más.
Rogelio Frigerio estudia por estas horas hacer un bloque propio dentro de Juntos por el Cambio, lo que obligó a Cristian Ritondo a evaluar si le modifica el nombre al PRO para contener a todos los rebeldes y seguir siendo la fuerza más numerosa del frente.
No es una escarapela menor: permite retener la vicepresidencia primera de la Cámara y pelear más lugares en las comisiones. Por ahora la tiene, pero podría arriesgarla si el ex ministro del interior arma un bloque con su primo Federico, de Tierra del Fuego; y el entrerriano Gustavo Hein.
Un nuevo sello podría contener a Frigerio como también a otros partidos provinciales que ya tienen sello propio como el sanjuanino Marcelo Orrego, que ahora suma a Susana Laciar.
También arma monobloque el puntano Claudio Poggi, que ya tuvo uno en el Senado; y el salteño Carlos Zapata, quien llega de la mano del senador Juan Carlos Romero y el ex diputado Alfredo Olmedo, tras ganar una interna a Inés Liendo, protegida de Patricia Bullrich.
Después de ganar Entre Ríos con más de 50 puntos, Frigerio empezó su carrera a la gobernación que incluiría un frente diverso con el sector de la UCR que lo acompañó y la revitalización del MID, su sello histórico, que serviría para acercar a otros dirigentes. Tarde o temprano exhibirá esa simbiosis en el Congreso.
Hasta este lunes Frigerio no había aparecido en el Congreso y lo esperaban para conversar personalmente. Son muchos los que quieren escucharlo.
