Con Donald Trump en la presidencia las relaciones de EE.UU. con sus aliados occidentales, así como Rusia y China, pueden cambiar radicalmente.
Después de una campaña controversial en la que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump advirtió que se replantearía el manejo de la política internacional de EE.UU. las reacciones no se han hecho esperar.
Desde el continente europeo los líderes y aliados instaron a continuar las relaciones de cooperación económica y militar a pesar del triunfo de Donald Trump.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, recordó que el candidato republicano había tenido “palabras muy críticas” hacia Europa, la OTAN y también hacia Alemania, y vaticinó que las relaciones futuras con Washington iban a ser “más difíciles” que hasta ahora.
Trump y Europa
La victoria de Donald Trump no significará un cambio radical en la política hacia Europa, según el especialista en relaciones internacionales Jeff Stone, en una entrevista para RT.
Stone destacó que no hay que entender las declaraciones preelectorales de Trump “como una guía de actuación”. El experto admite que la política exterior de la nueva administración puede no ser demasiado diferente de la de Obama.
“Durante la campaña electoral Donald Trump debía enfrentarse a Hillary Clinton, pero al culminar las elecciones, este factor se desvanecerá y Trump tendrá que guiarse por la lógica geopolítica y no por la partidista”, explicó.
El experto indicó que en la relación con la Unión Europea y la Organización del Atlántico Norte (OTAN) no se deben esperar cambios drásticos “porque hay poco margen de maniobra”.
América Latina y Trump
Durante la campaña electoral Donald Trump se dirigió de manera ofensiva y grosera hacia Latinomérica. Entre sus promesas electorales se encontraba la construcción de un muro entre Estados Unidos y México para impedir la llegada de latinos.
El triunfo del magnate sobre la candidata demócrata Hillary Clinton impactó con mayor fuerza en México, que vio caer su moneda. El vecino país y socio más importante de Estados Unidos en la región fue el mayor blanco de la dura retórica electoral del republicano.
Una consecuencia del resultado electoral en Estados Unidos ha sido el anuncio del Gobierno cubano sobre el desarrollo de ejercicios militares por algunos días en coincidencia con el triunfo de Trump.
El presidente Trump prometió revertir la reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba iniciada por Barack Obama.
En entrevista para teleSUR, el analista Antonio Casado indicó que a pesar de su discurso Trump representa el establisment republicano (conjunto de personas que concentran el poder), por lo que su relación con Latinoamérica estará regida por esta característica.
Analistas señalaron que es difícil vislumbrar con certeza de qué manera la futura administración de Trump impactará en una región que mantuvo relaciones cordiales y de cooperación con Estados Unidos durante los dos periodos de Obama, a excepción de algunos gobiernos como el de Venezuela y Bolivia.
Rusia, China y Siria
Entorno a Rusia y Siria el especialista Jeff Stone cree que la política estadounidense puede experimentar cambios “aunque no hay garantías” para ello.
Este miércoles Vladimir Putin expresó su interés en cambiar las relaciones con los Estados Unidos, pero basadas en el respeto y la cooperación, para así iniciar una nueva etapa entre ambas naciones.
La tensión actual entre Moscú y Washington tenderá a reducirse con el republicano en la Casa Blanca. Una alianza que, sin duda, tendrá sus efectos en Oriente Próximo, sobre todo en la guerra de Siria.
Tanto Trump como Putin coinciden en mantener en el poder al presidente sirio Bashar Al Assad. Trump ha dicho que se planteará reconocer la anexión de Crimea a Rusia.
En referencia a China fue, probablemente, el único asunto que unió a Trump y Clinton en las elecciones: ambos se abonaron al populista argumento de culparla de todas las miserias de la economía estadounidense.
Analistas han señalado que su vociferada guerra comercial no parece más que fuegos de artificio electorales de aplicación complicada y que en todo caso podría ser castigada por China.
De acuerdo a Scott Kennedy, sinólogo del Centro de Estudios estratégicos Internacionales (Washington), su lema de “América, lo primero” no solo presume el final del giro al Pacífico ordenado por Estados Unidos en 2011 tras dejarse los dientes en Irak y Afganistán sino el del equilibrio en la zona.