Los gobernadores de Santa Fe y Córdoba lideraron una cruzada para que el nuevo bloque “Provincias Unidas” quede bajo el control directo de los mandatarios provinciales, dejando a Miguel Pichetto y Nicolás Massot fuera de la conducción y forzando una reconfiguración total en vísperas de la asunción de los nuevos legisladores.
El bloque que nace de la rebelión de las provincias
La cruzada federal: el control de la estrategia
El futuro bloque de diputados que busca darle una voz federal a las provincias, denominado Provincias Unidas, estalló en una interna que reconfigura el mapa político del Congreso. La mecha se encendió por la exigencia de los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Martín Llaryora (Córdoba) de imponer a una figura de su total confianza, la vicegobernadora santafesina Gisela Scaglia, como presidenta de la bancada.
Esta decisión provocó un quiebre que deja a figuras experimentadas como Miguel Pichetto y Nicolás Massot casi en soledad, al punto de ser excluidos de la conducción y forzados a jugar por fuera del nuevo espacio. El principal argumento de los mandatarios provinciales es que, para darle un enfoque auténticamente federal al bloque, la estrategia de negociación parlamentaria debe responderles directamente, y no quedar atada a las dinámicas históricas de Pichetto y Massot.
En una reunión que reunió a 17 futuros diputados, incluyendo a los gobernadores Pullaro e Ignacio Torres (Chubut), el mensaje fue claro: la conducción debe recaer en manos de alguien que responda directamente a las provincias. El reproche a Pichetto fue su falta de interlocución con los gobernadores, lo que llevó a que “nadie lo cuidó ni un poco, ni pensaron un rol para él”, según fuentes del encuentro.
Scaglia al mando y la nueva mayoría de las provincias
Con la virtual exclusión de Pichetto, todos los caminos apuntan a que Gisela Scaglia, vicegobernadora y titular del PRO en Santa Fe, presidirá el bloque a partir del 10 de diciembre. Aunque el exgobernador cordobés Juan Schiaretti era un candidato fuerte, su reciente intervención cardíaca lo descartó de la titularidad.
Scaglia mantiene su identidad PRO y su alianza con la UCR en Santa Fe. Con su liderazgo, Pullaro y sus aliados logran correr al tándem Pichetto-Massot de la definición de la estrategia política, despertando la “furia” del titular de Encuentro Federal, que se sintió avasallado.
Provincias Unidas aspira a convertirse en una bancada de entre 18 y 23 integrantes, agrupando a legisladores que responden a los gobernadores de Santa Fe, Córdoba, Jujuy (Carlos Sadir) y Chubut (Ignacio Torres), además de figuras independientes y representantes del PRO y el radicalismo que se sumarán al espacio federal. Incluso se menciona la posibilidad de que la Coalición Cívica se traslade a esta nueva bancada.
El destino de los marginados y el nuevo equilibrio
De confirmarse la ruptura, Pichetto y Massot quedarían en soledad. Se especula con que la dupla podría optar por un espacio propio o confluir con los diputados de la Coalición Cívica, aunque esta opción también es incierta. Por su parte, la salida de Pichetto arrastraría también a Nicolás Massot.
El entramado del nuevo bloque incluye a legisladores de Encuentro Federal (como Jorge “Loma” Ávila y Esteban Paulón), Democracia para Siempre (Mariela Coletta) y figuras que participaron en las boletas provinciales, como Martín Lousteau en la versión porteña. La única duda restante es el destino de figuras como Pablo Juliano y Francisco Morchio, hombre de Rogelio Frigerio, quien tendría decidido no incorporarse a la bancada federal y podría optar por un monobloque aliado a La Libertad Avanza.
En la Cámara Alta, la movida se replicaría, con la posible conformación de un bloque federal de 16 a 18 senadores, reforzando la influencia de los gobernadores en la estrategia legislativa nacional y asegurando que las provincias tengan voz directa en las negociaciones cruciales con el Poder Ejecutivo.
La Cámara de Diputados está presenciando una “purga federal” en la conformación de su bloque intermedio. Los gobernadores, encabezados por Maximiliano Pullaro y Martín Llaryora, impusieron su voluntad para que el nuevo espacio Provincias Unidas sea presidido por su figura de confianza, Gisela Scaglia. Esta movida estratégica deja afuera de la conducción a Miguel Pichetto y Nicolás Massot, quienes se sintieron “avasallados” y se preparan para jugar por fuera. La decisión busca asegurar que la estrategia legislativa responda a los intereses directos de las provincias, marcando distancia de las negociaciones políticas tradicionales de Pichetto y anticipando una bancada federal influyente en las futuras negociaciones con el gobierno nacional.




