sábado, abril 27, 2024

Se intensifica la pelea con gremios y el Gobierno apura un plan para desactivar una crisis antes de marzo

La relación entre el presidente Javier Milei y los sindicatos se preveía difícil, pero el crecimiento de la conflictividad en estas últimas semanas de febrero, con el paro de trenes y la amenaza de medidas similares en otros rubros, encendió alarmas en distintos despachos del Gobierno donde ahora apuran gestiones para tratar de distender el clima lo máximo y lo antes posible.

Además de los ferroviarios, los empleados estatales, los docentes y el sector de la salud son hoy los sectores que se paran en posición combativa frente al ajuste fiscal que ejecuta el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, bajo el mandato de un Presidente que tampoco le huye a la pelea sino todo lo contrario: en el plano discursivo, la alienta.

La reducción del gasto público por licuación inflacionaria y la decisión de pisar fondos que directa o indirectamente afectan a estos sectores en términos salariales son el ancla del plan de déficit cero que para Milei “no es negociable”, pero al mismo tiempo son la base sobre la que se apoya el conflicto creciente con los gremios que empieza a preocupar a algunos funcionarios del Gobierno.

Según fuentes del oficialismo, el mes que tienen marcado en rojo es marzo, cuando arrancan las clases en todo el país y se retoma a pleno la actividad económica y laboral. “Ahí podría profundizarse la conflictividad social”, comentan. De hecho, el propio Milei había advertido que la economía podría “tocar fondo” en ese momento antes del despegue que promete.

Con esa línea de llegada, algunas áreas del Gobierno apuran negociaciones con los sectores más conflictivos para encontrar acuerdos que eviten un escalonamiento de medidas de fuerza, que ya empiezan a amontonarse. En ese sentido se mueve el Ministerio de Capital Humano, incluso a costa de ir a contramano de los desafíos públicos que lanza el Presidente a los sindicatos.

Plan Milei para desactivar conflictos gremiales

La Secretaría de Trabajo que depende de la cartera que encabeza Sandra Petovello lanzó este miércoles la convocatoria oficial a la Secretaría de Educación, a los ministros de Educación de todas las jurisdicciones del país y a “los gremios docentes con representación nacional” para reunirse el próximo martes a las 18:00.

El objetivo es “iniciar los diálogos a fin de acordar el convenio marco nacional del salario mínimo docente”. Los ministros de Educación de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires fueron citados como parte del Consejo Federal de Educación y también fueron invitadas las entidades educativas del sector de educación pública de gestión privada.

Del este llamado que lanzó el Ministerio de Capital Humano se destacan dos cosas. La primera es que la reunión se programó para el 27 de febrero, un día después de la fecha que habían fijado los sindicatos docentes UDA, AMET, CEA y SADOP (que integran la CGT) para realizar un paro nacional. La convocatoria apunta a desactivar esa medida, que estaba condicionada precisamente a la apertura del diálogo sobre el piso salarial.

El otro punto que sobresale es que Milei había descartado la posibilidad de iniciar esa negociación con los docentes. “La educación depende de las provincias, tienen que resolver ellos. ¿qué tengo que hacer como Nación metiéndome? La educación, seguridad y salud es de las provincias”, había dicho el Presidente.

Esa aparente contramarcha del Gobierno frente al reclamo de los docentes es una muestra de la preocupación que genera la cantidad de conflictos sindicales que empezaron a dispararse en las últimas semanas y que tuvieron como punto de partida el paro de trenes por 24 horas que llevó a cabo este miércoles el sindicato La Fraternidad.

¿Cuáles son los gremios más enfrentados con Milei?

La medida que llevó a cabo el sindicato ferroviario que lidera Omar Maturano se hizo sentir. El Gobierno lo calificó como inexplicable porque la negociación estaba abierta. El vocero presidencial, Manuel Adorni, criticó al gremio al afirmar que “de fraterno no tiene nada” porque afectó a un millón de personas que deben viajar para ir a trabajar.

Lo cierto es que nunca se dictó la conciliación obligatoria y el sindicato mantuvo la medida con la que reclama un aumento salarial de entre el 52 y el 55%. La primera reunión entre la Secretaría de Trabajo y los gremios del sector no tuvo avances y se decidió un cuarto intermedio hasta el próximo martes, mismo día en que empezará la negociación con los docentes.

Pero al clima de conflictividad sindical se suma también el paro que realizará este jueves la Federación de Asociaciones Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) que encabeza Héctor Daer, uno de los líderes de la CGT. La medida afectará la atención en clínicas, sanatorios y hospitales privados, por lo que solamente funcionarán las guardias.

A esto le sigue el paro que anunció para el próximo lunes la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que representa a empleados de distintos sectores de la administración pública. La medida se debe a que este sindicato considera insuficiente el incremento salarial del 12% que acoraron para febrero el Gobierno y UPCN, el otro gremio estatal.

Trenes, sanidad y personal del Estado se encuentran así a la cabeza del conflicto con el Gobierno de Milei, donde apuestan ahora a desactivar al menos un posible paro docente justo cuando deben empezar las clases y evitar una nueva medida de los ferroviarios. Todo esto, en momentos en que puertas adentro de la CGT evalúan lanzar una nueva huelga general.

El discurso presidencial y el rol que empieza a jugar el PRO en la pelea

Mientras en el área más sensible del Gobierno buscan bajar la conflictividad mediante la negociación con los distintos sectores, Milei libra la pelea frontal con los sindicatos en el terreno discursivo. El Presidente sigue confiado en el apoyo que obtuvo en el balotaje de noviembre y apuesta a direccionar el malestar de la sociedad hacia los gremios.

A través de Adorni, custodio oficial de la línea discursiva del Presidente, y también del afilado aparato de divulgación con el que cuenta en las redes sociales machaca sobre cómo perjudican las medidas de fuerza gremiales al resto de los trabajadores. Pero en esa tarea también cuenta con la valiosa ayuda del PRO.

La diputada y ex gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, es una de las más activas en ese sentido. En medio del paro de trenes, publicó en su cuenta de X imágenes de las filas para tomar colectivos y escribió: “Una mamá con su bebé en brazos haciendo fila bajo el sol de febrero porque el sindicato La Fraternidad decidió frenar los trenes. Así ‘defienden a los trabajadores’”.

Otro que se mueve en la misma línea discursiva del Gobierno es el jefe del bloque de diputados, Cristian Ritondo, quien recientemente apuntó contra una declaración Roberto Baradel, secretario general del sindicato docente SUTEBA, que dijo que declarar a la educación como servicio esencial es “absolutamente inconstitucional”. Ritondo lo cruzó: “¿Y dejar a los chicos sin clases es constitucional?”.

De esta forma, a pesar de que hoy existen más dudas que certezas sobre un acuerdo formal con La Libertad Avanza para apuntalar al Gobierno, el partido que se encamina a liderar nuevamente Mauricio Macri se mueve en la línea que más ayuda a Milei, en medio de la conflictividad creciente con los sindicatos cuya resolución se intenta apurar pero todavía no ofrece un panorama claro.

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