El informe elaborado por el CEPA midió los despidos ocurridos entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 en base a diferentes fuentes. El 52 por ciento correspondió a trabajadores privados y el restante 48 por ciento al Estado.
Entre diciembre de 2015 y marzo de este año hubo 141.542 despidos, según registró un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). De ese total de despidos, el 52 por ciento correspondió a trabajadores del ámbito privado y el 48 por ciento restante a empleados del Estado. Siempre según el informe, el sector más afectado fue el de la construcción, seguido de la administración pública y la industria. El análisis advierte que este proceso de pérdida de empleo “no se ha estabilizado” y que presente un dinamismo “al que deberá prestarse atención”.
El relevamiento fue realizado en base a la información publicada por “medios periodísticos y de sindicatos y cámaras empresarias”, señalaron sus autores, que recordaron que “la reciente ola de despidos no cuenta con cifras oficiales ni con relevamientos que resulten completos, consistentes y veraces”. A modo de contraste, vale tener en cuenta que ayer el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, aseguró que actualmente existe “un crecimiento del empleo” (ver aparte).
El desglose que realizó el CEPA reflejó que la cuerda se está cortando por lo más débil: los trabajadores más afectados por los despidos fueron los de menor calificación y los precarizados. “De los 80.446 despidos en el sector privado, 71,88 por ciento corresponde al sector construcción, 23,40 por ciento a industria y 4,72 por ciento al sector servicios”, detallaron. A su vez, en el sector público las cesantías se repartieron entre dos grandes áreas: el Estado nacional (38,28 por ciento) y las provincias (48,56).
El CEPA está dirigido por el especialista en economía política, ex candidato a intendente y actual concejal de San Martín del FpV, Hernán Letcher (FpV). “Es un espacio de economistas mayoritariamente egresados de la maestría de Economía Política de Flacso”, señaló el director. El equipo hizo un monitoreo de las principales variables económicas desde diciembre a hoy. Además del empleo tomó inflación, poder de compra de los salarios, la evolución de las ventas minoristas, la política fiscal y el endeudamiento externo, entre otros ítems.
“En lo que refiere a la evolución de la actividad económica, los distintos indicadores arrojan invariablemente caídas en la actividad”, resume. Luego enumera una serie de variables nada alentadoras: “Las ventas minoristas evidencian una caída de 5,8 por ciento en marzo. La construcción presenta cuatro meses consecutivos de caída de la actividad desde diciembre de 2015, la producción siderúrgica experimentó un claro declive a partir de noviembre de 2015, acelerándose esta caída a partir de diciembre. El complejo automotriz redujo sus exportaciones”, cayó también “la producción y el faenado de vacunos”.
Sobre el poder de compra de los sueldos, el estudio apunta que mientras las paritarias “adelantan un nivel de recomposición salarial que llegaría al 18,01 por ciento para el primer semestre”, el índice de precios minoristas subió un 24 por ciento en los últimos seis meses.
Las ventas minoristas entraron en caída libre a partir de diciembre, “lo que se profundizó en 2016”, subraya. Así, en enero disminuyeron un 2,3 por ciento, en febrero 4,5 y en marzo la tendencia se agudizó sumando otra baja del 5,8 por ciento. “Estos resultados”, dice el trabajo del CEPA, “se explican en gran medida por los impactos en el salario que tuvo la gran devaluación en diciembre y la consecuente inflación”.
Para el CEPA, que se haya llegado a más de 140 mil trabajadores despedidos en cuatro meses es un dato “que no sólo configura una problemática social, sino que además incide negativamente en la actividad económica”, con un impacto “que se complementa con las negociaciones paritarias por debajo de la inflación”.
El estudio advierte además que “la Unión Industrial Argentina declaró que en el primer semestre del año es posible que el sector industrial pierda entre 100 mil y 200 mil empleos”, y que la “revisión” de los estatales empleados mediante contratos todavía no terminó. Por esto, señalan, “lejos de haberse estabilizado, el nivel de desempleo presenta un dinamismo al que deberá prestarse significativa y constante atención”.