Se resignaron a perder en el sur contra Cristina y concentran los esfuerzos en la Primera Sección.
A menos de una semana de la elección y tras entregarle a Cristina Kirchner el bastión peronista de La Matanza, en Cambiemos se muestran confiados de una victoria en el Conurbano sur. Sin embargo, admiten que una supuesta victoria en la Primera Sección electoral se dará por un margen estrecho.
La estrategia de Cambiemos es centrar sus esfuerzos en el interior de la Provincia -sobre todo para preservar dos distritos de gestiones desgastadas como La Plata y Mar del Plata-, mientras que apuestan a ganar en la Primera Sección electoral que tiene 4.320.765 electores. Dicen que, de cumplirse, podrían compensar una eventual derrota en la Tercera, donde hay 4.406.275 electores.
En diálogo con LPO, en el macrismo repiten que están fuertes en algunos municipios donde tienen intendentes de peso como Jorge Macri en Vicente López o Diego Valenzuela en Tres de Febrero.
“Hay una distribución económica más pareja en la Primera y Cambiemos tiene más llegada a esos sectores de clase media”, explican. También dicen que estarían mejorando en distritos como San Fernando -donde Alex Campbell podría quedar segundo contra la esposa del intendente Luis Andreotti- y Hurlingham con Lucas Delfino. Sin embargo, admiten que no creen que habrá una victoria del PRO en ninguno.
Los distritos propios que mencionan en zona de riesgo para Cambiemos son Pilar, gobernado por Nicolás Ducoté, y Morón, donde el kirchnerista Hernán Sabbatella podría complicarle la elección a la lista del intendente Ramiro Tagliaferro. También dicen que peligra Luján, por la gestión desgastada del aliado Oscar Luciani.
Lo particular de Cambiemos en la Primera es que la apuesta está en sacarle votos a Massa. Recuerdan que el líder del Frente Renovador antes tenía a dirigentes como Joaquín De la Torre, a quien perdió y ahora es una ficha clave en Cambiemos.
La misma situación se da con Jesús Cariglino -su sobrino encabeza la boleta de Cambiemos en Malvinas Argentinas- y con Aníbal Asseff, que dio su salto al macrismo y su hermana Claudia encabeza la lista de concejales en Moreno.
“Tienen nombres de peso y están con el PRO. Eso da una ventaja comparativa muy grande contra Massa, esos votos ahora están con nosotros”, dicen y explican que buscan convencer a ex votos massistas a través de esos dirigentes. También apuestan a que después de las PASO, el “voto útil” se vaya para Cambiemos, como una situación general en la Provincia que podría incrementarse en el norte del Conurbano.
Sin embargo, en el massismo también están convencidos de que 1País hará una buena elección en esa sección electoral, donde tienen su epicentro: los dos municipios gobernados por intendentes del Frente Renovador, Tigre y San Fernando, que en total suman unos 425.594 electores.
La desventaja que reconocen en Cambiemos respecto a las listas de Massa en los municipios es que el líder del Frente Renovador encabeza su boleta y lo acompañan figuras conocidas como Margarita Stolbizer y Felipe Solá, mientras que no todos los votos de María Eugenia Vidal se trasladarán de modo directo a Esteban Bullrich. Por eso, admiten que en algunos distritos “fallaron” en instalar el sello Cambiemos.
“Ante la baja visibilidad de Bullrich y su bajo conocimiento, Massa tiene una boleta fuerte”, dijeron a este medio. Esos casos igual se dan con más fuerza en la Tercera, como contó este medio, donde en La Matanza desde Cambiemos reconocen que la lista massista podría salir segunda detrás de la cristinista que encabeza Verónica Magario.
El peronismo no es tan fuerte en la Primera, pero hay distritos que pueden inclinar el amperímetro a su favor como Merlo (395.961 electores), donde gobierna Gustavo Menéndez, Moreno (333.448 electores), del camporista Walter Festa, y José C. Paz (208.977) de Mario Ishii.
En San Martín, con 343.897 electores, se da una situación particular porque el intendente Gabriel Katopodis está con Florencio Randazzo, por lo que se espera el corte de boleta. “Está fuerte Cristina Kirchner”, admiten desde el PRO. Lo mismo sucede en Hurlingham -con menos de la mitad de electores que San Martín- donde gobierna el randazzista Juan Zabaleta, que casi no está haciendo campaña.