jueves, abril 25, 2024

El Gobierno logró aflojar el ajuste en el 2023 y Guzmán prometió: “No habrá salto devaluatorio”

Guzmán logró que la meta del déficit para el próximo año sea del 1,9 por ciento del PBI, medio punto menos de lo que pedía el Fondo. El factor político.

Martín Guzmán logró que el Fondo Monetario Internacional afloje la meta fiscal prevista para el año 2023, una de las principales presiones del Frente de Todos para evitar un ajuste fuerte que sepulte las chances de mantener el poder.

El ministro de Economía -acompañado por Juan Manzur- confirmó este viernes que el acuerdo prevé este año una reducción del déficit al 2,5 por ciento del PBI.

El tamaño del ajuste fue el nudo de la negociación en los últimos días y, como vino detallando este medio, Guzmán planteaba una reducción hasta el 3,1 por ciento del PBI, mientras que el organismo que preside Kristalina Georgieva pedía bajar hasta el 1,9 por ciento del PBI. El miércoles por la noche Guzmán había aceptado bajarse hasta el 2,5 por ciento y el jueves a última hora trascendió que el Fondo también había bajado sus pretensiones.

Pero la discusión más crítica era la referente al año 2023 y donde Guzmán estaba más presionado por la interna del Frente de Todos, donde advertían que un ajuste muy duro implicaría una casi segura en las elecciones presidenciales.

En esa discusión -que hasta anoche seguía abierta-, el FMI pedía llegar a una reducción de hasta el 1,4 por ciento del PBI y Guzmán planteaba llegar hasta el 2 por ciento. El ministro finalmente logró imponerse y el organismo aceptó que la meta sea del 1,9 por ciento del PBI.

Esto implica que en el año electoral el Gobierno deberá aplicar una reducción del déficit de 0,6 por ciento, una meta muy difícil pero más baja de la que planteaba el Fondo. Se trata de una cifra que era considerada “aceptable” en la interna del Frente de Todos.

La visión política se impuso en este punto y esto se vincula con la intervención final de Sergio Massa en la negociación. En el massismo y el kirchnerismo sostenían que la clave era ajustar fuerte este año y aflojar un poco en el 2023 para tratar de ser competitivos.

Guzmán también detalló que otro de los puntos centrales del acuerdo es que no implicará “ningún salto devaluatorio” y se mantendrá la actual estrategia del gobierno, aunque al mismo tiempo se habló de trabajar en una mayor competitividad cambiaria. El ministro agregó que el programa tiene objetivos de acumulación de reservas, que para este año prevé un crecimiento de 5 mil millones de dólares.

Otro de los ejes explicados por Guzmán implica una muy fuerte reducción de la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro. Según el funcionario, “se apunta a que en 2022 el financiamiento sea 1% del producto”, muy por debajo del 3,7 que aportó el BCRA en 2021.

En 2023, el financiamiento debería bajar al 0,22% y, según Guzmán, se espera que en 2024 sea cercano a 0 para “converger en una situación para que no haya más financiamiento monetario sistemático”.

El ministro dijo que el cumplimiento de estas metas estará apuntalado por el crecimiento económico pero también por un mayor ataque a la evasión fiscal en los sectores de mayor carga tributaria y, en el caso del financiamiento, se continuará con la apuesta al mercado de deuda local. También prometió una estructura de tasas de interés reales para fortalecer los activos en moneda local y contribuir a la estabilidad cambiaria.

También dijo que un capítulo importante del acuerdo está referido a la inflación y se consensuó un enfoque integral. “Se parte de la premisa que es un factor multicausal y hay que atacar todos ellos de forma concurrente”, explicó Guzmán. En ese sentido, habló del esquema fiscal y monetario, de un ancla de las expectativas y de los programas antiinflacionarios.

Finalmente, Guzmán indicó que el programa no prevé el levantamiento en corto plazo de las restricciones cambiarias y aseguró que “no hay reforma laboral ni privatización de empresas públicas”.

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