jueves, abril 18, 2024

Frigerio defendió en el Senado la reforma electoral que impulsa el Ejecutivo

El ministro del Interior aseguró, en referencia al voto electrónico, que desde el gobierno nacional “se está a favor de la incorporación de tecnología con garantías de privacidad, seguridad y simplicidad”. La oposición, en tanto, planteó sus dudas sobre algunos aspectos del mecanismo.

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, defendió el proyecto de ley de reforma electoral que impulsa el Poder Ejecutivo, y que ya fue sancionado por Diputados, durante un plenario en la Cámara de senadores en el que aclaró que la votación a través de la boleta única electrónica “no habla de un sistema en particular”.

Frigerio, acompañado por el secretario de Asuntos Políticos de la Nación, Adrián Pérez, participó de la jornada de apertura de la discusión ante los legisladores de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Hacienda y Justicia y Asuntos Penales de la Cámara alta.

Allí, durante más de dos horas, los funcionarios defendieron el proyecto que sufrió varios cambios en Diputados respecto del original del Ejecutivo, pero también le reclamaron al Senado “celeridad” en el tratamiento de la iniciativa.

Sin embargo, el plenario volverá a reunirse el jueves 3 de noviembre y, según trascendió, la iniciativa recibiría el dictamen indispensable para llegar al recinto de sesiones recién el martes 15 de noviembre, para ser debatida sobre tablas el 23 de este mes.

“Estamos a favor de la incorporación de tecnología con garantías de privacidad, seguridad y simplicidad. Habrá mayor presupuesto y un nivel de responsabilidad más alto en el seguimiento del proceso de votación”, dijo el ministro al iniciar su respaldo a la iniciativa.

Luego de hacer una breve descripción del proyecto, Frigerio insistió en resaltar que la “seguridad del sistema tecnológico que preservará el secreto del voto” será “determinada por la Justicia Electoral”.

“El proyecto habla de incorporar tecnología, no de un sistema en particular. Y vamos a tener un doble control: electrónico y manual”, afirmó Frigerio, para luego recordar que “esta es una ley que el Congreso va a votar para modificar la forma en que votan los argentinos desde la sanción de la Ley Sáenz Peña” que data de cien años atrás.

Por otro lado, el ministro, que en varias oportunidades recordó que los cambios que se le hicieron al proyecto en Diputados lo mejoraron y no se mostró en desacuerdo si algo similar ocurría en el Senado, les reclamó a los senadores que llevaran celeridad porque “se necesita tiempo para implementar una reforma tan ambiciosa como esta”.

“Lamentablemente, no podemos pasarnos de determinado punto porque no vamos a poder contar con el tiempo necesario para la implementación del sistema tecnológico”, añadió.

Por otro lado, defendió al proyecto de las críticas que mencionaban que iniciativas similares habían fracasado en Europa, al advertir que “esos retrocesos fueron en los casos de voto electrónico, que no es lo que se propone en Argentina”.

“Las experiencias en Argentina, en todas las jurisdicciones en las que se empleó la boleta electrónica, demostraron que la ciudadanía está preparara para absorber el uso de tecnología en la votación”, señaló, para luego revelar que tenía encuestas en las que “más del 75 por ciento de la ciudadanía está a favor de la boleta electrónica”.

Por su parte, Pérez enfatizó que el sistema posee tres chequeos: el del ciudadano, el de la autoridad de la mesa y el conteo manual, y recordó que “la boleta única electrónica resuelve que no haya nunca más robo de boletas”.

“Uno no puede negarse a la incorporación de tecnología, pero debe incluir los mayores controles posibles. La combinación del papel con lo digital ayuda a la transparencia electoral”, insistió.

El santafesino Omar Perotti, del FPV y autor de una de las iniciativas contrarias al proyecto del oficialismo, elogió la “incorporación de la tecnología” pero pidió cambiar el proyecto para “idear un plan en el caso de falta de conexión o de falta de energía en los centros de votación”.

También el peronista salteño Juan Carlos Romero cuestionó el proyecto, al decir que “la tecnología puede ser hackeada” y que “hay mucha gente que se turba ante una pantalla y aprieta cualquier botón”.

El kirchnerista formoseño José Mayans indicó que “no existe sistema infalible” y se quejó de “las operaciones de prensa que dicen que los que no están a favor de este proyecto están con el fraude”.

En cambio, los senadores el FPV Dalmacio Mera, de Catamarca; y Rodolfo Urtubey, de Salta, donde ya se votó con boleta electrónica; defendieron el proyecto diciendo que los que se oponían “tenían la actitud de quien no vio el sistema funcionar”.

“Demorar cinco horas un escrutinio provisorio es un escándalo. No quiero dar nombres. No me quiero acordar de lo que pasó con (el candidato a gobernador por el Frente Cívico) Luis Juez en Córdoba”, mencionó Urtubey.

Finalmente, el radical Luis Naidenoff subrayó que mejorar el sistema es “una deuda de los partidos políticos de la Argentina” y conjeturó que “los grandes beneficiarios de esta reforma son los partidos que carecen de aparato”.

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