Lejos de cicatrizar las heridas generadas por las dos sesiones en las que el oficialismo consiguió salvar sendos vetos presidenciales, la situación en la bancada del partido centenario está en ebullición. Un sector pide expulsiones y amaga con hacer rancho aparte.
Una nueva cumbre radical se celebró este martes en la Cámara baja, donde se analizó la situación de aquellos cuatro diputados que una vez más la semana pasada, en el debate por el veto presidencial, tomaron la decisión de diferenciarse del resto del bloque y alinearse con el Gobierno libertario.
Los “radicales con peluca”, como se llama a los diputados Mariano Campero, Luis Picat, Pablo Cervi y Martín Arjol, se encuentran en Brasil, formando parte de un encuentro con los agrodiputados de ese país, por lo que no estuvieron en esta reunión. Aunque convengamos que como algunos participaron de la reunión de este martes a través de Zoom, bien podrían los que están en Brasil haber estado también. Pero de todas formas les habían pedido no asistir a esta reunión. El viaje a Brasil vino entonces como anillo al dedo.
Según confiaron fuentes radicales a este medio, se trató de una extensa discusión que lejos está de haber concluido. Se pusieron en debate las distintas votaciones en las que hubo diferenciación entre los diputados radicales, pero también se admitió la existencia de una doble vara para evaluarlas. Esto es, el sector alineado con Facundo Manes se queja airadamente por la diferenciación de los cuatro diputados de su partido -son cinco, si sumamos al extrapartidario Federico Tournier-, pero ellos han sido los primeros en diferenciarse, por ejemplo en varios pasajes de la Ley Bases.
Según pudo reconstruir este medio, durante el debate el mendocino Julio Cobos planteó darles a los cinco diputados “héroes” de Milei una nueva oportunidad. Palabras más, palabras menos, que firmen un compromiso-decálogo para responder a las directivas del bloque de ahora en más.
Del lado de Manes y Evolución le respondieron que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. En definitiva, quieren sancionarlos o, en su defecto, se discutirá el armado de un nuevo bloque sin los libertarios y los que los protegen.
Por Evolución hablaron Carla Carrizo, Mariela Coletta y Danya Tavela. Por el sector de Manes, lo hicieron Pablo Juliano, Marcela Coli y Fernando Carbajal.
En ese contexto, desde la “mesa del bloque” solo escucharon. Desde ese espacio dejaron que la tarea “persuasiva” de darle una nueva oportunidad a los “radicales con peluca” la llevaran adelantes los “neutrales” Cobos, Mario Barletta, Atilio Benedetti y Fabio Quetglas, quien estuvo conectado desde Brasil.
Durante las discusiones, se habló también de “la funcionalidad que las conductas y también las decisiones pueden tener en favor de otros bloques”. En ese marco hubo planteos de expulsiones, sin dar más vueltas, por parte de sectores del bloque que responden a Manes y Evolución. Sin embargo, desde el seno del bloque aseguraron que esa postura es minoritaria dentro del bloque.
Si desean avanzar con este criterio, deberán reunir la mayoría necesaria y buscar las firmas correspondientes”, aseguraron a este medio desde el sector mayoritario del radicalismo.
Con todo, dentro de esa minoría que propuso la expulsión, algunos advirtieron que no están dispuestos a convivir en el bloque con estos diputados si no se los expulsa. De ahí que se viva un clima sesionista.
Los que quieren que los radicales que votaron los vetos se vayan sostienen que ellos ya no quieren ser parte del bloque radical, que responden a Patricia Bullrich. Insidiosos, dicen que “lo que pasa es que tienen cómplices que los protegen y esto no es sostenible”.
Desde el sector rupturista anticiparon por lo bajo que van a analizar cuándo y cómo llevan adelante la creación de un nuevo bloque. La decisión está tomada pero tienen que ser correctamente ejecutada con el aval de las autoridades del partido.