viernes, marzo 29, 2024

Una nueva licitación de deuda en pesos que genera muchas dudas y un “carry trade” que se termina

Las alarmas en el sistema financiero local y en Wall Street se encendieron como consecuencia de la salida continúa de dólares del Banco Central (BCRA), que desde la finalización de la operatoria del dólar soja el 3 de octubre, vendió unos 1.400 millones más de los dólares que compró, y de una inflación mensual que se estabilizó por encima del 6% mensual en el último trimestre.

La señal positiva es que en los dos últimos días el BCRA compró 8,5 millones de dólares.

A pesar de ello, el término “carry trade” tal vez ya forme parte del pasado y eso se traduce en un fuerte traspaso de pesos a dólares que en los últimos días han provocado fuertes subas del dólar paralelo y los financieros.

La pax cambiaria que se observó desde los rumores de la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía a fines de julio también es parte del pasado.

Dudas con la nueva licitación de letras y bonos en pesos

Por eso, despiertan grandes dudas en los operadores financieros locales y del exterior la nueva licitación de letras y bonos en pesos que realizará este viernes el Tesoro que tendrá que afrontar vencimientos por unos 164.000 millones de pesos.

La licitación será muy importante ya que el Tesoro necesita conseguir financiamiento mínimo por unos 96.000 millones de pesos en cada una de las 4 licitaciones que faltan del año para cerrar el programa financiero.

Con respecto a esa refinanciación de la deuda en pesos en lo que resta del año hay que señalar que a diferencia del primer canje del 9 de agosto pasado que tuvo una adhesión del 70,6 % el segundo canje realizado el 10 de noviembre por el ministerio de Economía logró solo un 60,4 % de adhesión.

Esa reducción significa que al Tesoro se le hará cada vez más difícil renovar los vencimientos de deuda en pesos hasta septiembre del próximo año considerando que los inversores no están dispuestos a renovar vencimientos de deuda en el periodo post electoral.

Qué pasó en los canjes anteriores

En el primer canje de agosto las tenencias de títulos en poder del gobierno llegaban al 58,6 % mientras que en este segundo canje las tenencias se redujeron al 45,7 %.

Por lo tanto, al considerar un promedio del 50 al 60 % de títulos en poder de entes estatales se puede concluir que hubo una baja intervención del sector privado en el último canje.

En el comunicado de prensa que dio a conocer luego de ese canje el ministerio de Economía destacó que el Tesoro tenía vencimientos por unos 894.100 millones este mes y otros 847.100 millones en diciembre y luego de esta refinanciación logró reducir esos vencimientos a 464.100 millones y otros 466.490 millones respectivamente.

En este canje al igual que en el canje del 9 de agosto pasado el Tesoro volvió a ofrecer el bono dual con vencimiento junio, julio septiembre del 2023 que paga al final del vencimiento el mejor rendimiento entre el ajuste por la evolución del tipo de cambio oficial o de la indexación por la inflación.

Expectativas

El análisis de acuerdo a varios analistas financieros consultados por iProfesional es que se trató de un canje con una participación más baja de los inversores privados de la que se preveía y que el Tesoro deberá tratar de hacer más canjes para tratar reducir más esos vencimientos de deuda en pesos. Hay que destacar que en este nuevo canje el Tesoro logró canjear siete títulos de deuda que vencían en estos dos últimos meses del año por un valor efectivo de 931.100 millones de pesos.

Con esta operación el Tesoro buscaba reducir vencimientos por 1,5 billones de pesos sobre un monto total de 1,7 billones por consiguiente se trata de un resultado por debajo de las expectativas del equipo económico.

Se buscaba además que el BCRA canjeara parte del equivalente a unos 200.000 millones de deuda que estuvo comprando desde la segunda quincena de octubre para evitar que el precio de esos bonos cayera más allá que el organismo está impedido por su Carta Orgánica de participar en este tipo de licitaciones.

Este valor está muy por debajo de los 1,2 billones de pesos que compró en el periodo junio-julio del año pasado. Para evitar una fuerte salida de dólares del sistema financiero, similar a la de junio-julio pasado el ministerio de Economía realizó este canje de deuda para intentar que no ocurra un evento parecido a fin de año.

La frágil situación del Banco Central

En particular por la frágil situación en que se encuentra el Central en lo que hace a sus reservas líquidas o de libre disponibilidad. En ese aspecto hay que destacar que ayer el ministro de Economía, Sergio Massa indicó que el BCRA cuenta con unos 10.000 millones de dólares para operaciones financieras luego de anunciar el martes pasado una confusa ampliación del swap con China por unos 5.000 millones de dólares. También existe la probabilidad de sumar a fin de año otros 5.800 millones de desembolsos del FMI por el cumplimiento de las metas cuantitativas del tercer trimestre de este año, pero el gran interrogante es la refinanciación de la deuda en pesos de aquí hasta septiembre de 2023.

Con este canje, el ministerio de Economía buscaba lograr una gran aceptación por parte de los inversores institucionales extranjeros y los fondos comunes de inversión para que antes de las elecciones no desarmen sus carteras en pesos para salir a comprar dólares en los mercados financieros alternativos como del Dólar MEP y el Dólar Contado Con Liqui.

La mayoría de los analistas de Wall Street y del mercado financiero local sostienen que la deuda en pesos está mostrando señales de saturación tanto por los bajos niveles de refinanciación, por las altas tasas que debe pagar Tesoro y por los pocos instrumentos que puede utilizar para convencer a los inversores donde el bono dual ajustado por la evolución del  tipo de cambio oficial o por la inflación surge como el único elegido.

Esto se traduce en que el peso de la deuda en pesos es cada vez mayor y a esto hay que sumarle la ponderación de los títulos indexados y por eso el mercado descuenta un panorama de refinación post electoral muy complicado.  “Por ese motivo la deuda en pesos a corto plazo es la más demandada por los inversores institucionales locales y extranjeros que todavía están atrapados con esos títulos en pesos” menciona un reciente informe de Delphos Investment.

Se concentran los vencimientos en 2023

Lo concreto es que los títulos públicos ofertados incrementan la concentración de vencimientos que caen entre junio y septiembre de 2023. En el mercado de pesos, se observa una baja en los instrumentos ajustables por CER tras el dato de inflación que se ubicó levemente por debajo del breakeven del mercado. No obstante, el dato de la inflación núcleo (5,5% al igual que el mes pasado) también ayudó a disminuir la perspectiva del sendero inflacionario de los próximos meses, afectando las cotizaciones de los instrumentos CER de corto plazo. Sin dudas, será un punto para tener en cuenta de cara al menú que ofrezca el equipo de Finanzas en la próxima licitación.

En la licitación de este viernes, el Tesoro enfrenta pagos por $164.233 millones, los cuales están explicados en 73% por el cupón del BONTE27 (TY27).  Desde Portfolio Personal señalan que “a pesar del canje de duales de la semana pasada, estimamos que 14% de los pagos de esta semana están en manos del sector público (por un instrumento que no entró al canje).

El informe agrega que “dado que la inflación general y, particularmente, el núcleo estuvo por debajo de lo esperado, creemos que el BCRA postergaría una suba de las tasas de referencia. Sin embargo, la suba del CCL de esta tarde (+$10 o 3,2%, de $310 a $320) nos obliga a no descartar este escenario. En este sentido, la tasa de LELIQ se mantendría en una TNA de 75% o TEA de 107,4%, mientras que el plazo fijo minorista seguiría en una TNA de 75% o TEA de 107,1%. Estos rendimientos, ante una inflación esperada para noviembre por el REM de octubre de 6,2% mensual o un 106% anualizado suponen tasas de interés ex ante prácticamente neutras.

El problema es que en los cuatro meses previos a las elecciones de octubre del año que viene la deuda total a pagar o a refinanciar en pesos llegaría al equivalente de unos 35.000 millones de dólares. Una cifra que representa el 80 % de lo que le refinanció el FMI a este gobierno.

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